Palabras alusivas a la incorporación como Individuo de número de la Ilustre Academia de Historia del Táchira y su disertación sobre la presencia de Leonardo Ruiz Pineda y su estada en el liceo Simón Bolívar de San Cristóbal por el profesor Omar Contreras Molina .

Ilustrísimo señor presidente de la academia de historia del Táchira Dr. Luis Hernández Contreras   y demás miembros  del honorable cuerpo directivo, Junta directiva entrante bajo la dirección del excelentísimo Presbítero  Dr. Carlos Javier García Mora, figuras preclaras del acontecer histórico regional, Dr. Ricardo Méndez Moreno, Ilustrísimo Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, celebérrimo Monseñor Luis Alfonso Márquez Molina obispo emérito de la diócesis de Mérida, compañeros a juramentar como individuos de número,   e invitados especiales, señoras y señores.

Hoy este humilde artesano de la palabra, buscador en los ayeres  la presencia permanente  de la historia, en las voces que bajan de los paramos andinos, en la fuente  grabada de las rocas y en los libros que atesoran en encerradas bibliotecas y registros la sublime historia de los hombres en el tiempo.

Para mi fue una noticia inesperada del Dr. Roberto Avendaño   y del Individuo de número Hilarión Pulido al notificarme que había sido aceptado como individuo correspondiente de esta noble Academia de Historia del Táchira .

A mi mente me vinieron los recuerdos  en olas de los trigales de mi aldea y preguntarme ¿quien era yo? , humilde hijo del Rincón del Oso de Llano Largo  para contarme y discurrir por las amplias avenidas de la historia regional  con hombres y mujeres tan llenos de sapiencia en estos saberes;  mis paisanos revolotearon como mariposas y libélulas sobre mis sienes  Antonio Arellano Moreno, Vicente Arellano Moreno , Emilio Constantino Guerrero  , Antonio Quintero García , Arturo Croce, Horacio Moreno  ,Luis Zambrano , Hugo Colmenares ,  Isaura Melani  e Hildemar Escalante de Theser , Monseñor Raúl Méndez Moncada,  Ricardo Méndez Moreno, Presbítero  Luis Gilberto Santander   , Pascual Mora García o la hija adoptiva de la Grita profesora Yariesa  Lugo , o el escritor de “ La Grita una ciudad que grita su silencio”  Lucas Castillo Lara , cómo estar altura de tan renombrados seres y aun mas al lados de inminentes  mentes  consustanciados con la Historia , son ríos de saberes que discurren por sus poros;   Luis Hernández Contreras , Monseñor Carlos Sánchez Espejo, Xuas Tamayo García , Joaquín Villamizar Molina  , Julio Chiossoni , Rafael María Rosales , Aurelio Ferrero Tamayo , Inés Cecilia Ferrero , Margarita Angarita , Ruiz Pineda, Ramón J Velázquez  ,Pedro Pablo Paredes,  Ramón González Escórihuela , Samir Sánchez, Anselmo Amado, Monseñor Nelson Arellano , Horacio Cárdenas Becerra,  Samuel Darío Maldonado ,  Carlos Rangel Lamus y muchos otros que han iluminado el camino del quehacer histórico en nuestra región.

Voy a tomar prestadas las palabras de monseñor Carlos Sánchez Espejo el día de su elección como individuo de número para la Academia de Historia.

 

“Debo confesaros, señores académicos, que cuando en la silenciosa quietud de mi hogar recibí la tan grata y cuanto comprometedora noticia, acudió a mi mente una escena que rompe los moldes ordinarios  y sube al plano de lo heroico: caminando a duras penas  por la ciudad de Eisenach, un hombre andrajoso  topó un día con la Reina. Ella, sin olvidar la majestad de su rango, despojóse de su manto y con las tibias manos reales colocó sobre las carnes del mendigo la fascinante púrpura”

“Pensé entonces, que de análoga manera, vosotros, con magnitud propia de reyes y lo sois de la Inteligencia –me cubráis   con el manto de real de la  elección” 

 

Si,  estimados académicos,  apenas soy un principiante que desea beber de la sabiduría de los mayores, de escudriñar el signo de los tiempos, transportarme en la maquina del tiempo y viajar por los interminables  ríos por donde discurre las gotas cristalinas de los saberes del ayer y del aquí y el ahora con proyección de futuro.

Sea pues, este momento para expresar mi gratitud a tan distinguidos académicos; Dr., Dr. Luis Hernández Contreras, Dr.  Roberto Esteban Avendaño, Economista Hilarión Pulido, Presbítero Dr. Javier García Mora, Dra. Inés Ferrero y a todos aquellos que postularon y dieron apoyo para acogerme en el seno de la academia de Historia del Táchira, sea mi respuesta de empeñarme en seguir vuestro ejemplo, a fin de corresponder, en la medida de mis posibilidades, al gesto del que Ustedes me ha honrado.

Sobre mis espaldas,  una tradición de cronistas,  historiadores e investigadores  y  academias   de historia  dentro y fuera del país  que han recogido los testimonios escritos en la roca, documentos, fuentes primarias y secundarias de la historia, en la tradición  oral y que han sido llevadas a boletines en   las diversas academias donde reposan para ser avivadas  por el  apasionado   lector  e investigador ; tantos libros y artículos  sobre la historia viva de nuestros pueblos y su gente  han sido publicados después de un arduo trabajo de investigación y llevados al libro, revista ,  páginas web o al libro y revista electrónica acorde con las nuevas tecnologías que impone la sociedad del conocimiento , la telemática  y la informática.

 El historiador jamás  deja su oficio de escudriñar la memoria nómada de los tiempos;  su  quehacer    es viajar por ese  gran océano donde guarda en su interior la riqueza de las huellas dejadas por el hombre en el tiempo y en el espacio.

El Táchira es una región desbordada  de historia desde sus primitivos  habitantes que  plasmaron  su presencia  en pictográficas figuras sobre la madre roca, hasta el  arribo del bizarro aventurero español en su penetración y poblamiento de estas tierras.

Una  larga historia  Colonial  escrita por cronistas y por  escritores mas cercanos como:  Lucas Guillermo Castillo Lara en su libro  Raíces Pobladoras del Táchira , Táriba, Guásimos ( Palmira) Capacho , Elementos Historiales de San Cristóbal Colonial , el proceso formativo, San Cristóbal siglo XVII. Tiempo de Aleudar, La Grita una ciudad que Grita su silencio, de la biblioteca de autores y temas tachirenses, Historia del Estado Táchira de Tulio Chiossone, Las Lomas Del Viento de Horacio Cárdenas  Becerra, Imagen del Táchira de Rafael María Rosales o la Historia Eclesiástica del Táchira de Luis Gilberto Santander Ramírez .Capacho un pueblo de Indios en la Jurisdicción de La Villa de San Cristóbal de Inés Cecilia Ferrer o el libro Becerro de la Grita de Yariesa Lugo.

Un Táchira deseosa  de libertad en las luchas de  independencia, presencia activa en las gestas emancipadoras nos comenta Ramón J Velázquez

 

“El 28 de octubre de 1810  se reunieron los vecinos de San Cristóbal para para Constituir La Junta Soberana de Gobierno y destituyeron al Teniente José Andrés Sánchez  y a ese energúmeno realista llamado  Don Manuel Catel, quien poco después escribe una Carta a don Gervasio  Rubio en la que califica al pueblo de grosero y facineroso  por el solo hecho de haber reclamado sus legítimos fueros”

 

El Táchira le abre las puertas al Libertador Simón Bolívar  en 1813 con la Campaña Admirable y en 1820, preparación y vísperas de la batalla de Carabobo , Bolívar vive en la Villa de San Cristóbal , días de suma importancia para la independencia de Venezuela , solo nos basta con leer la correspondencia de esos días para comprender la magnitud de esos momentos históricos , acaso no se realizaron en agosto de 1820 , las primeras conferencias diplomáticas de Colombia entre los comisionados de Morillo, Herrera y González   y los venezolanos de Bolívar , Urdaneta y Briceño Méndez.

El Táchira no ha sido ajeno a las contiendas políticas del Periodo Republicano entre Liberales y Conservadores; Ramón J Velázquez  recogió todo  el fragor  de la lucha política de aquella época del siglo XIX , revisó los archivos correspondientes , hizo un minucioso análisis de la correspondencia que sostuvieron varios tachirenses entre ellos las Memorias del General Francisco Alvarado y las cartas de don Santiago Briceño . don Francisco Betancourt Sosa en su libro  “La federación en el Táchira” ;Los escritos sobre política y literatura de Luis López Méndez ; Las ideas Políticas en el Táchira de los años 70 del siglo XIX a la Segunda del Siglo XX de Ramón González Escórihuela ;Las haciendas cafeteras y su producción :valles de Cucutá y Táchira 1840 ;  Táchira Fronterizo de Arturo Guillermo Muñoz; EL Táchira Histórico de Ricardo González Balbuena.

La llegada de los Tachirenses al poder hacen florecer una serie de libros, textos, pasquines y gran cantidad de literatura, como la bibliografía comentada de la era de Cipriano Castro 1899 -1908 de William M Suvillan ;  Confidencias Imaginarias de Juan Vicente Gómez de Ramón J Velázquez.  ; De Ocumare a Miraflores de Nemesio Parada;  Hegemonía Andina y Pérez Jiménez de Antonio Pérez Vivas ; el 18 de Octubre y la Problemática Venezolana actual 1945 – 1979 de Edito José Ramírez, hasta llegar a 100 años de Historia del Táchira del Luis Hernández  Contreras  y muchos otros publicados por la Biblioteca Temas y Autores Tachirenses , periódicos y revistas regionales .

Toda esta tradición histórica en nuestra región hace posible que el joven Ramón J Velázquez desde el glorioso Salón de Lectura de la Ciudad de San Cristóbal  se diera la idea de crear Centro de Historia del Táchira el 18 de febrero de 1942 , materializándose por decreto el 8 de octubre de 1942  y luego reconocida mediante decreto de La Gobernación de Estado Táchira el 23 de mayo de 1950 ,

Por allí cabalgaron  hombres de la talla de Ramón J Velázquez,  Monseñor Raúl Méndez Moncada Aurelio Ferrero Tamayo ,Hernán Rosales, , Marcos Figueroa, , Miguel Otero Sosa, , Tulio López Ramírez, ; Luis Anselmo Díaz ,Rafael María Rosales , José Mardonio González, , Cesar Casas Medina , Monseñor Carlos Sánchez Espejo , . Pedro Pablo Morales,  Dr. Hugo Murzi , Luis Miguel Marciales , , José Rafael Romero Tamayo , Manuel Osorio Velazco, Horacio Cárdenas Becerra, , Xuan Tomas García Tamayo , Cristina Ferrero Tamayo, Leonardo Ruiz Pineda y muchos otro que mantuvieron en el tiempo el Centro de Historia del Táchira.

Por los años 50 en plena dictadura de Marcos Pérez Jiménez tuvieron el decidido apoyo del Gobernador del Estado hombre consustanciado con las letras y la historia  Antonio Pérez Vivas; los inicios de la  democracia tuvieron el soporte del Gobernador Dr. Juan Galeazzi Contreras quien atendió el llamado de los historiadores para la publicación en la imprenta del Estado de los trabajos historiográficos elaborados por los representantes  del Centro de Historia del Táchira.

El rio de la Historia como manantial no se detiene y sus vertientes dan nacimiento a otra figura esta vez mas  elevada a la jerarquía de Academia de Historia del Táchira  el 23 de mayo de 1992 por decreto número 39,   siendo gobernador del Estado Táchira el  Lic. . Francisco Ron Sandoval.

 Siendo su primer Presidente el ilustrísimo sacerdote Monseñor Raúl Méndez Moncada entre los años (1992 -1994) , luego monseñor Nelson Arellano Roa (1994 -1995), Lic.  Nerio Leal Chacón /1995-1996) , Dr. José Joaquín Villamizar Molina (1996-1997); Monseñor Raúl Méndez Moncada (1998.. 1999), Dr. Luis Hernández Contreras (2000 -2002) Dra. Inés Cecilia Ferrero 2002 -2004) Lic. Samir Sánchez Escalante (2004 _2006), Dr. José Pascual Mora García 2006 -2008) Dr. Roberto Esteban Avendaño  (2008 –2010(, Lic. José Ernesto Becerra Golindano 2010 2012,; Presbítero Dr. Luis Gilberto Santander en (2012- 2014); Lic. José Ernesto Becerra Golindano (2014, 2016) ; Dr. Roberto Esteban Avendaño (2016- 2018). Dr. Luis Hernández Contreras  /2018 _2021)   y hoy será juramentado el presbítero Dr. Javier García Mora/ ( 2021-2023)

 Estimados academicistas, permitirme que en este primer encuentre, les  converse sobre la permanencia de Leonardo Ruiz Pineda en sus albores juveniles por la ciudad de San Cristóbal en tiempos de turbulencia política, dictadura Gomecista y la férrea opresión de Eustoquio Gómez, en una sociedad sometida a los vaivenes y caprichos de hombres recios que en nada aportaban a la educación y  la  cultura de los pueblos siendo su mayor interés el comercio que llenaba sus arcas personales y silenciaba bajo el signo del terror toda disidencia y perseguía hasta el destierro , cárcel o muerte a las mentes libertarias .

Pero también en aquella tormentosa sociedad Tachirense hubo hombres y mujeres con ideas preclaras que podemos sacarlas del torbellino de la indiferencia, resucitarlos en la memoria nómada en las neblinas de nuestros pensamientos y escuchar sus voces en el tiempo y saber ahora que no son fantasmas que solo viven  en las paginas de amarillentos periódicos  y desteñidas revistas, hombres y mujeres valientes que reclamaban pese a las ataduras de una férrea  dictadura la vigencia del pensamiento liberatorio y rebelde  de Leonardo Ruiz Pineda .

Leonardo  como todo niño andino recibió, sus primeras lecciones en su hogar santificado por el trabajo y el amor, más tarde en la escuela de su comunidad rubiense, sus maestros le fueron   moldeando el alma, el carácter, el temple, el pensamiento libertario del niño Leonardo en un ambiente de ciudad fronteriza.

Cuando se vive bajo el acoso de la opresión, la esclavitud y no hay signos de libertad; el hombre se aferra a los saberes de quienes abren senderos de justicia y libertad, el niño Leonardo observa y va interiorizando todo cuanto oye  y ve de sus abnegados padres, maestros, sacerdotes, amigos; de todos bebe sabiduría y va sembrando semillas de fe y optimismo para alcanzar la gloriosa libertad de un país sometido por  una cruel y larga dictadura.

Desde muy pequeño Leonardo fue descubriendo su vocación de lucha  y fe en la libertad; pues todas las conversaciones que oía a baja voz y con temor de sus mayores, era sobre un Táchira estancado en las garras manos de un  poderoso  hombre Eustoquio Gómez.

En medio de tanta oscuridad en su Pontalida ciudad de Rubio, también se encendían luces; oía por entre los muros, los grandes corredores y en la sobre mesa a hombres hablando en  cubierta de crímenes del gobierno; asilados, perseguidos, encarcelados, presos e invasores.

Rubio estaba muy cerca de la frontera con norte de Santander Colombia y llegaban junto al Contrabando o comercio legal periódicos, revistas provenientes de Bogotá, donde se leía con inusitado fervor lo que acontecía en el Congreso colombiano; los debates parlamentarios que encendían el pensamiento del niño Leonardo

Ramón Jota Velázquez interiorizó  el pensamiento de aquel niño y se hacia la siguiente pregunta ¿Porque aquí en Venezuela no se puede hablar?  , ¿Por que se vive bajo el acoso del terror y el miedo ¿ ¡ Que Hacer? 

Creo que no ha variado la pregunta en los actuales momentos cuando estamos en unas circunstancias muy similares de acoso, miedo y terror.

Salir de su tierra natal para continuar estudios de bachillerato  en San Cristóbal era su anhelo,  una de sus mas intensas emociones,  hacer realidad su visualización,  estudiar en el Liceo Simón Bolívar  

 Para Leonardo  el liceo Simón Bolívar

 

“  Era el  centro de gravedad del mundo recién descubierto. Pues a  su alrededor giraba la cultura del Táchira y constituía un punto de apoyo  de una generación  que entraba tumultuosa en la historia, abriéndose paso en el empuje de sus pechos gallardos, frescas todavía sus sienes de las huellas cálidas de sus sueños. Leonardo había edificado su fantasía en un ordenamiento mental de los grandes estadios de la cultura nacional  y dentro de ellos tenía preminencia luminosa aquel liceo que era centro de destellos poderosos, principio y fin de las humanas ambiciones “.

 

La dinámica diaria de la cotidianidad en San Cristóbal le va revelando que la vida cultural del Táchira era de una pobreza monótona y precaria. La dictadura Gomecista asfixiaba todo esfuerzo de pensamiento renovador y progresista  que pretendiera destruir el orden tradicional que regía el mundo de la intelectualidad.

El joven Leonardo entendía que la cultura no era un afán superador para trajinar rumbos de conquista en el avance de los pueblos.

Venezuela vivía estacionada, frenada e indiferente  al hondo sacudimiento histórico que conmovía  los cimientos de la civilización americana.

Expresa el Joven Leonardo “que las corrientes del pensamiento atravesaban subterráneamente  nuestra porción geográfica, contenidas por una disciplina policial  que no permitía su penetración en los linderos del pueblo esclavizado. El pensamiento sociológico de la época pugnaba en los territorios vecinos al nuestro, deseoso de desbordarse sobre una comunidad ávida de orientaciones: la renovación filosófica de las corrientes históricas contemporáneas llegaba hasta las fronteras del país;

La Republica ignoraba la dinámica de las nuevas sociedades y estaba al margen de las recientes conquistas de la cultura en el ámbito político, literario, especulativo y sociológico.

Dentro de aquel mundo así limitado e incomunicado vivía el Táchira, un pueblo en cuyo territorio habían nacido los hombres que constituían la brigada instalada en el poder.

Como nos veía Leonardo,

un pueblo de formación mental aldeana, simplista y sencillo, de vida casi bucólica, instalado a la orilla de las faenas rurales, que no podía presentir el significado de las poderosas corrientes de del pensamiento americano”.

Leonardo manifiesta “ que allí en ese pequeño escenario delimitaciones humanas y sociales, era donde actuaba el liceo Simón Bolívar para educar  a hijos de campesinos,  de propietarios rurales, de pequeños comerciantes, de hombres de fortuna política, de ambiciosos que habían hecho su nombre y posición agazapándose detrás de la oportunidad”

Expone Leonardo “que en medio de aquella mediocridad humana del lugar había un hombre que destellaba en ese enardecido ambiente pues se trataba de Carlos Rangel Lamus , Así se explica como en el Táchira los periódicos , círculos de tertulia pueblerina , los pequeños grupos de pretensión literaria hablaran de él como un Mesías.”

Los periódicos de la época estaban nutridos de versos llorosos y lánguidos, cubiertas sus páginas  con narraciones sentimentales, desprovistas de un solo detalle afirmativo.

 

Las tertulias literarias agrupaban a mozos desorientados que leían Vargas Vilas, Isaac, Dumas, Montepin.

Sus maestros fueron Carlos Rangel Ramos en Botánica ; Ramón Velázquez les daba Gramática Castellana , Aritmética y Latín ; Humberto Segnini , Historia y Geografía Universal ; Amalia Martin , Francés y  Dibujo .

De Carlos Rangel Lamus tiene Leonardo aquella clase de botánica, sobre el porvenir que les esperaba y les decía:  

 

“Entender la vida del árbol es elevarse a buscar a Dios, ponerle alas al espíritu  para que ascienda al infinito. Vean Ustedes que en la naturaleza todo aspira a elevarse. Las alas son el tributo supremo para escalar la altura. El hombre es sólo un peldaño en la escala biológica y en ella ocupa el lugar descollante por ser de pensamiento y conciencia”

 

La población estudiantil era una mezcla confusa y heterogénea  de mentalidades e inclinaciones, espontaneas las unas  y contenidas las otras. Hijos de hacendados  ricos que habían sido enviados  al liceo por el orgullo del nuevo riquísimo de sus padres que aspiraban a educar en el descendiente su pasado de ignorancia ; muchachos extraviados en su inquietud juvenil , inadaptados para toda actividad intelectual pero remitidos por el padre  que aspiraba formarlo hombre y gran ciudadano , hijos del pueblo , afanosos de aprendizaje , dispuestos abrirse camino en su marcha cerrada hacia el porvenir ; jóvenes soñadores e idealistas , movidos por el entusiasmo puro de los quince años  , sin sombras de obscuridad en su espíritu.

El choque fuerte para Leonardo es cuando descubre en aquel ambiente estudiantil que solo podía leerse bajo la dirección intelectual de quienes ejercían la supremacía; estaba terminantemente prohibido poseer libros que no fuesen de enseñanza y toda lectura extraña era motivo de vigilancia, entonces dijo me di a “observar, a cavilar y aprender”

Lo prohibido se busca mas que lo obligado, fue cuando inició las secretas atracciones afectivas y armoniosas de la poesía. Y vino su entrega a la lectura escondida, allí estaba en su curso el Zuliano Ciro Urdaneta Bravo , de temperamento poético , diestro en la armoniosa expresión  del poema , a su lado empezó a penetrar en el vigoroso y musical mundo de la poesía  Venezolana .

Conoció rápidamente el panorama literario y poético  de la época,  se familiarizó en la lectura e interpretación de los principales nombres que para entonces regían en el ambiente literario nacional.

Se fue convirtiendo en un lector apasionado deseoso de empaparse de las grandes obras del pensamiento nacional.

 Leyó a Doña Bárbara y aprendió a venerar a Rómulo Gallegos que a sus 14 años le veía como un gran símbolo, atractivo y casi alucinante, al  poeta Andrés Eloy Blanco  que le brindó placidas horas de paz espiritual.

Paralelamente a sus lecturas trascurría la vida ordinaria del liceo  entre tertulias con los compañeros de estudio , donde se trataban temas diversos que  daban colorido variado y pintoresco a la vida de las confidencias ; se narraban anécdotas sobre sucesos políticos regionales ; se comentaban los rumores que a veces llegaban a hasta allí  desde la lejana Caracas , practicaban  deporte como  béisbol y futbol .

Dice Leonardo “ descubrí aquel camino de las armas con mis dos sonetos  que fueron publicados en la revista NAUTILUS de la Asociación de Estudiantes del Táchira , allí estaban Ciro Urdaneta Bravo y Abran Ramírez Gonzales una triada que emanaba poesía por todos los poros” ,.

Expresa Leonardo que sus primeras producciones poéticas estaban animadas de una sofocante sensación de cansancio sentimental , revelación de las influencias pesimistas  que ejercían los autores decadentes , que era lo único que caían a sus manos .era necesario saber lo que ocurría en el ambiente cultural y literario en Caracas con Fernando Paz Castillo, Jacinto Fombona Pachano , Alberto Arvelo Torrealba , Waldo Frank  , el cual el mismo le diría de su categórica influencia en el mundo intelectual , la presencia de Luis Alberto Sánchez , Germán Arciniegas , Torres Bodet , María Blanca Sabas Aloma.

En realidad eran jóvenes en ardiente llama que en la clandestinidad huyendo de sus guardianes del liceo devoran aquellos textos y que luego en fascinantes tertulias eran capaces de encender el fuego de la intelectualidad.

El cuento nacional también llega a las manos de Leonardo y adquiría un despertar , una nueva mirada,  leían con devoción  los escritos de Salazar Domínguez , Casto Fulgencio López , Uslar Pietri ,  Carlos Eduardo Frías y del Griteño Antonio Quintero García y muchos otros , todo este conocimiento de lo nacional , de su geografía y su gente , cambiaron  su caparazón poético y su poesía perdió el acento melancólico  que le daban ese acento sentimental de congoja  y tomó el estilo  de “vanguardia sugerente” , escribió poemas variados en la revistas  Nautilus , Patria , Esfuerzos y Mi Terruño,

En el  Semanario Esfuerzos fundado por Hernán Rosales, se convirtió Leonardo en el redactor único de aquella hoja periodística, allí redactaba notas diversas, insertaba cuentos, editoriales sobre temas abstractos, bajo la orientación de un veterano periodista liberal colombiano , pues el experimentado periodista vio en  Leonardo una vocación periodística.

Desde ese semanario tuvo polémicas locales, la primera de ellas con el redactor de “El Andino”   Rafael María Rosales, sobre temas de generalidad literarias. Fue una polémica desorientada, anárquica, sin bases de pugna intelectual. Aquel había criticado adversamente alguno de sus poemas, Leonardo reaccionó violentamente acusándolo “que el viejo espíritu y  reaccionario del pensamiento no podía interpretar las corrientes renovadoras de la poesía y la literatura nacionales.”

El espíritu rebelde y de inconformismo  para con algunos de sus docentes del Liceo Simón Bolívar ,  su sentido de análisis se convencía lentamente de la precariedad de sus conocimientos, de la total ignorancia de cultura general , pues merecían atención respetuosa Carlos Rangel Lamus , Ramón Velázquez y Roberto Villasmil , nada se podía hacer frete aquella situación de métodos o contra la ineficacia intelectual del profesorado .

Escribe Leonardo

 

“EL medio y la época nos tenían anulada la voluntad de acción. La conformidad, el temor y el miedo nos habían aplastado. Éramos la obra de un sistema de educación que sometía el espíritu  a la ciega obediencia, al silencio sumiso, a la resignada aceptación de los hechos. Nuestras débiles personalidades  estaban siendo aniquiladas bajo el peso de un régimen dominador  y enervante”

 

Dos hechos que hacen declinar a Leonardo de seguir siendo alumno del Liceo Simón Bolívar y pide a su padre que lo traslade a Caracas.

Una tarde cundió la noticia de que el general Juan Pablo Peñaloza  había sido detenido cerca de la Fundación, por donde recorría en unión de un nutrido grupo antigomescista  el accidentado territorio de Uribante.

Acostumbraba a travesar la frontera el viejo guerrillero, en aventuras de combates fulgurantes que daban acento épico a sus andanzas audaces y arriesgadas.

Juan Pablo Peñalosa había sido capturado por los perseguidores gubernamentales  que lo acosaron bajo la dirección de José Antonio González, jefe Civil del Distrito Cárdenas y viejo compañero de luchas del General Peñaloza.

Los estudiantes del liceo Simón Bolívar en medio de pugnas, fricciones de comentarios, pues un grupo de mostró jubiloso por el suceso y solicitaron permiso  para presenciar el arribo del viejo guerrillero  que entró a la ciudad en un automóvil descubierto, al lado de José Antonio González, quien lo exhibía como trofeo, pero custodiándose  la espalda con un recio puñado de fusileros parameños y cedraleros.

 ..Entre aquella marejada de la curiosidad de la gente algunos estudiantes levantaron la voz  y lanzó crudas insolencias contra Juan Vicente Gómez, José Antonio González  y el régimen.

Lo cierto es  que una mayoría de tachirenses hervía de impotente indignación ante aquel hecho. A los meses, José Antonio González recibía el galardón administrativo  por sus habilidades  al ser promovido a presidente de Estado

Otro hecho absurdo golpeó el espíritu de rebeldía e inconformidad de Leonardo; Un grupo de estudiantes dio calor a la idea de colocar el retrato de José Antonio González en el salón Principal del liceo  Simón Bolívar, como homenaje a quien se debería considerar como protector del Instituto los proponentes fueron Antonio Pérez Vivas, Simón Barrera  y Laviosa Colmenares.

El Estudiantado vibraba de indignación ante la escandalosa demostración de Servilismo.

 El profesor Ramón J Velázquez, deseoso de impedir aquella exhibición de servilismo y de poner en evidencia la magnitud del pecado  se adelantó  a proponer que en el lugar del retrato de José Antonio González  colocaran   de una vez, el de Juan Vicente Gómez.

Leonardo es amonestado por sus acciones de rebeldía e inconformidad.

Leonardo no reconoció las amonestaciones de la dirección, no aceptó la sanción de privarse de su salida dominical y decidió abandonar  el liceo desafiando todos los riesgos, ese día lo siguieron los estudiantes José Rosario Osorio y Luis Rincón Santos.

En el autobús que le conducía a Rubio, silencioso, replegado sobre sus reflexiones, en confidencias consigo mismo, iba de regreso definitivo hacia su pueblo Rubio, huyendo de aquel Liceo que había sido su sueño a los 14 años, era el retorno de un experimento fallido, del fracaso que había absorbido sus mejores esperanzas, en cuanto y puro y diáfano había en el espíritu de la primera adolescencia de  aquella mañana de septiembre de 1930 y solo regresará al Táchira en 1940 cuando funda el Diario Frontera  y Preside el Salón de Lectura de San Cristóbal , en 1941 constituye en esta ciudad la seccional de Acción Democrática y es nombrado Presidente del Estado Táchira entre 1946 -1948.

Señores, Gracias

 

Individuo de número de la Academia de Historia del Táchira Omar Contreras Molina

 

San Cristóbal 14 de Abril de 2021.

Bibliografía Consultada

 

Pagina Web de la  Academia de Historia del Táchira

                                                                                                    

Boletín de La Academia Nacional de la Historia (1977)  , Carlos Sánchez Espejo , figuras preclaras del Clero tachirense , Tomo LX Julio Septiembre de 1977 . N 239. Pagina 541 .Caracas.

                          

Diccionario Fundación Polar Historia de Venezuela (1988)  Editorial  Ex libres, Caracas

 

Rosales, Rafael María  (1990)  Imagen del Táchira, Publicaciones Monfort SRL, Caracas

 

Ruiz Pineda Leonardo (1961) Ventanas al Mundo, N 17 Biblioteca y Temas de Autores y Temas Tachirenses, Edición  Cuatricentenario. Caracas.