Aurelio Chacón, por J.J. Villamizar Molina

AURELIO CHACÓN. SU BIOGRAFÍA Y SU ÉPOCA




J. J. Villamizar Molina
Cronista de la Ciudad de Santa Ana del Táchira
Fundador y Decano de la Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela




Hay seres predestinados que nacen por disposición de la Divina Providencia alumbrados por todas las estrellas.Son puros y luminosos de alma y poseen una claridad  de mente superior y una personalidad esclarecida para realizar grandes proyectos y caminar erguidos por los senderos de la vida. Uno de ellos es Aurelio Chacón, nacido en Azua, el 22 de Julio de 1860, hijo de José TimoteoChacón Valero y  María  Guadalupe Méndez Angola. Fueron sus abuelos paternosJosé de la Trinidad Chacón y Juana Benita Valero. José dela Trinidad Chacónhabía sido el Administrador en 1826 de los terrenos  del Hato de la Virgen, terrenos pertenecientes a Nuestra Señora de la Consolación de Táriba.  Juana Benita Valero era de Pregonero. Fueron sus abuelos maternos  José Gaspar Méndez y María de la Guía Angola de Méndez, que murió en Llano de Ratón de más de cien años.Hermana de su señora Madre doña María Guadalupe fue doña María Emeteria Méndez Angola, casada con Manuel Molina en 1855, patriarca del cual descienden los Villamizar Molina y los Molina Palma, entre ellos el Cronista de la ciudad. Luego doña Emeteria Méndez Angola de Molina era cuñada de Timoteo Chacón, Fundador de Santa Ana. Y la misma doña Emeteria era tía de Aurelio Chacón. El bautismo de Aurelio Chacón ocurrió en la Santa Iglesia Matriz de San Cristóbal,hoy Santa Iglesia Catedral, el 25 de Julio de 1860 por el Pbro. Rafael María Galaviz. Fuesu madrina de Bautizo doña Laura Corona Rojas de Méndez, esposa de don José del Carmen Méndez Angola, único hermano de doña María Guadalupe, y madre de los famosos hermanos Méndez Corona que fueron muchos, y que tuvieron mucho que decir en los tiempos de Llano de Ratón, en su progreso y en su folklore y también en la vida política. Fueron hermanos de Aurelio Chacón Ana Rosa de quien deriva el nombre de Santa Ana, José María, el mayor; Francisco, José del Carmen, María del Rosario, casada con Pedro Alcántara Arellano y de donde desciende el famoso músico Lino María Arellano, Juana Flora, casada con Abelardo Peñaloza, padres de don Heriberto Peñaloza,quien decía haber conocido personalmente al indio Manaure y padre del eminente intelectual Dr. José Agustín Peñaloza, primer Director de la Escuela Federal Graduada Pestalozzi y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad  Nacional de Bogotá, República de Colombia; María Nicanora, casada con el General Restaurador Manuel Rodrigo, quien fue a su vez uno de los grandes pilares de Santa Ana y quien construyó la primera  Casa Civil de dos pisos; Rodolfo, a quien decían Adolfo y Benjamín el menor, que fue dueño delos terrenos donde está el cementerio actual.
Aurelio Chacón  nació el año en que su padre Timoteo era Juez de la Aldea Quinimarí, y año en que hizo el descubrimiento de la meseta donde se asienta la ciudad de Santa Ana. Pasó brevísimo tiempo en Azua,y luego fue llevado a casa de sus padres en Llano de Ratón, donde transcurrió toda su vida. No se sabe nada de su niñez y adolescencia, pero adquirió una buena cultura, y esmeradas normas de educación, probablemente aprendidas en un buen Colegio de San Cristóbal o Táriba, pues para esa época no había Escuela en Llano de Ratón. Se inició en la vida pública muy joven, pues a los 23 años se creó el Territorio Federal Armisticio y a los 28, el 30 de abril de 1888 se creó la Municipalidad de Santa Ana, siendo el primer Presidente su  hermano Francisco Chacón, y el primer Vicepresidente José del Carmen Villamizar, bisabuelo del Cronista. Para la Revolución Liberal Restauradora tenía 39 años, pero no se conoce que haya tenido activa actuación en ella, a pesar de su amistad con el General Adolfo Méndez y con su cuñadoel General ManuelRodrigo. Esta buena cultura la demostró en la forma como condujo a Santa Ana y como se desenvolvió en todas sus actuaciones económicas, comerciales, agrícolas, políticas y sociales.
Administró los bienes de su padre después de la muerte de éste, ocurrida el 12 de mayo de  1877.Sus familiares allegados con quienes compartió su vida fueron sus primos, los numerosos Méndez Corona,hijos de don José del Carmen Méndez Angola, hermano de doña María Guadalupe, casado con su madrina doña Laura Corona Rojas de Méndez.Muerto su padre Aurelio fue el albacea de sus bienes, y se ocupó de cuidar y administrar toda  rica herencia, que hizo prosperar y acrecentar.A finales el sigloXIX edificó una casa para pesa en el costado occidental de la laguna, en sitio donde actualmente se encuentra el estadio de grama artificial Pedro Regal Márquez.
Tuvo especial cuidado en fomentar la agricultura en los campos, convirtiendo las selvas en prósperos terrenos donde floreció la agricultura, siendo las primeras aldeas cultivadas las de San Joaquín, La Blanquita y  Cucurí. En esta forma cooperó con su tío Antonio Chacón Valero,casado con Petra Méndez Corona, fundador de El Diamante, con su tío Valentín, casado con Ramona León, fundador de Monte Bello, y con su tía Zoila Ballén, casada conCarlos Ballén, fundador de la Blanquita. Su tío Valentín también fundó una hacienda en La Victoria, y otra en Cucurí. Era la época en que el café, que había comenzado a ser sembrado por su padre crecía por sus esfuerzos en los campos de Santa Ana, especialmente en Mata de Plátano, Llano Grande y la Cucurí. El se ocupó de dar créditos a los dueños de estas fincas, para que el cultivo del fruto progresara, lo que llegó a su cúspide en los años 1870, 1880, 1890, 1900 y 1910. Se mantuvo así hasta los comienzos de la primeraguerra mundial en 1914. El personalmente se hizo cargo de la Hacienda “La Florida”, fundada por su padre en la Vega del Quinimarí.Se llamaba la hacienda  “Florida” porque tenía buena maquinaria, especialmente un motor comprado en el Estado de Florida, de los Estados Unidos. La administración de esta hacienda  fue muy cuidadosa, y su rendimientoexcelente. Allí llevó de adolescente a su primo Felipe Molina Huérfano,abuelo materno del Cronista, y le enseñó cuidadosamente la ciencia de los números y los principios y conocimientos de la administración. Felipe los asimiló perfectamente, por lo que Aurelio lo nombró Administrador de la Hacienda. Por ello la primera hija de Felipe Molina, María de los Angeles Molina Palma, nació, como dice su partida civil de nacimiento, en la Vega del Quinimarí, el 2 de agosto de 1899.
Felipe, hijo de Gabriel Molina y María Purificación Huérfano Gámez de Molina asimiló muy comedida y perfectamente las enseñanzas de Aurelio y cuando Aurelio murió, Felipe hizo una compañía con José María Chacón, hermano mayor de Aurelio y dispusieron un negocio de mercancía seca, víveres y farmacia, frente a la Plaza Bolívar de Santa Ana, en casa que hoy pertenece a la familia Ballén. Ese negocio fue muy próspero, y allí José María Chacón y Felipe Molina hicieron mucho dinero y se hicieron propietarios de terrenos en Santa Ana y fincas en los campos.
 Aurelio Chacón dirigía a sus hermanos y primos los Méndez Corona y les imponía un poco de orden, pues estos hermanos eran bastante exaltados. En la Casa de Timoteo, había un negocio administrado por todos los Chacón, y era muy visitado. Timoteo había rodeado su casa de una fuerte muralla de tierra pisada para favorecerse de los ladrones y las fieras. No obstante,en la década de los años ochenta se formó una pandilla de ladrones que venían del Guayabal enviados por el General Pedro Sánchez de San Josecito, enemigo de los Chacón y los Méndez Corona comandados por el peligroso esbirro Raimundo Morantes. Llegaban al negocio de los Chacón a que los bridaran gratis, y a que las mujeres les preparasen almuerzos con gallinas. El domingo 15 de agosto de 1885, cuando Aurelio tenía 25 años, llegó  la pandilla de bandidos .Estaban en la hacienda todos los Chacón y algunos de sus primos los Méndez Corona, Antonio, Ezequiel, Florencio, Belisario, Jacinto y Zenón. También estaban los sobrinos de Timoteo Hilario de Jesús, Clemente y Gabriel Molina. Raimundo Morantes se recostó al cuerpo de Hilario Molina, primo de Aurelio Chacón, hijo de Gabriel Molina y María Purificación Huérfano Gámez de Molina y aferrándose al cuerpo de Hilario le dijo: “bríndame, mocito”. Hilario se enfureció y de ese incidente se inició una gran lucha entre los bandidos y los Chacón y sus familiares. El más furioso de todos era Hilario, a quientuvieron que encerrar en la cocina a la que doña Guadalupe  cerró con cadena y candado. Pero tal era la furia de Hilario,que forzó la cadena y el candado y  salió a la mitad el patio donde se desarrollaba una batalla. Hilario se dirigiódirectamente a Raimundo Morantes, le arrebató la espada, y de un tajo levoló la cabeza que  agarró  del pelo y con ella  recorrió  todo el patio mostrándola como un trofeo. Los bandidos no volvieron a molestar más.
Se ha dicho que Aurelio Chacón fomentó en alto grado el cultivo del café. La principal región productora de este fruto era Mata de Plátano, hoy San Joaquín, donde lo había comenzado a sembrar José de Jesús Méndez, casado con María Trinidad Contreras que se habían casado el 23 de abril de 1824 en San Cristóbal. A esta pareja se la puede considerar como los verdaderos fundadores de Mata de Plátano. Desde la carrera que hoy pasa por detrás de la Iglesiahasta el río Quinimarí había vendido Timoteoun gran lote de terreno a Cleto Molina. Luego al comenzar el camino de Mata de Plátano se estableció Juan Camacho,quien hizo una bellacasa a la derecha del camino llamada Bella Vista. Luego seguían Agustín Rúgeles, la familia Monsalve, entre ella  Clemente Monsalve y Francisco Monsalve, Melquiades León; Y  ya bajando a Llano de Ratón por el otro lado, se habían establecido Marcos Méndez, casado con Paulina Bautista, y los hermanos Ochoa que eran tres: Ramón, Juan Antonio y Enrique. Más cerca de Llano de Ratón estaba su tío Antonio Chacón Valero, casado con Petra Méndez Corona en su Hacienda El Diamante. Su tío Valentín, casado con Ramona León, fundó la Hacienda Monte Bello, y más tarde fundaría dos haciendas más, una en La Victoria, y otra en Cucurí. Aurelio Chacón fomentaba el cultivo del café en estas regiones, se lo compraba a sus productores y se lo vendía a las poderosas Casas Comerciales de San Cristóbal como Semidey hermanos, Biagno Oliva & Co., Van Dissel& Co.,  AndresenMoller& Co., Branger Hermanos, Berti Hermanos, Rafael CárdenasC., Héctor Cabrera y Co.,Blohm& Co., y estas Casas se encargaban de enviar el café a poderosas Casas Comerciales de Europa, especialmente a Hamburgo y París y a la ciudad de Nueva York. La ruta era Cúcuta, el rio Zulia, con el Puerto de los Cachos, el Catatumbo, el lago de Maracaibo y los puertos de Puerto Cabello y la Guaira. Este intercambio con ciudades europeas y con la ciudad de Nueva York, es uno de los principales méritos de Aurelio Chacón.
De los habitantes de San Joaquín con quienes más se relacionaba Aurelio Chacón, era con los hijos de José de Jesús Méndez y María TrinidadContreras, casados, como se dijo, el 27 de abril de 1824 en la Iglesia Matriz de San Cristóbal, verdaderos fundadores de San Joaquín. Sus hijos fueron: a saber: Esteban, Pedro María, Marcos, Cipriano, Josefa Antonia, Carlina, Dolores y  Rita. Estos hermanos Méndez Contreras son tan importantes genealógicamente en San Joaquín y Santa Ana, como las hermanas Chacón, hijas de Pedro León Chacón y María Encarnación Sánchez, de Capacho y quefueron:1) Rosalía. 2)Carlina.-3) Rosana.- 4) Catalina.-5)  Carmela. 6) Hilaria.7) Josefa y 8). María. Esteban César Méndez nació en 1838 y murió el 28 de enero de  1909.Había casado con Rosalía Balbina Chacón el 28 de agosto de 1867
 Pedro María Méndez nació en 1838 y murió el 23 de mayo de 1918. Casó el 16 de septiembre de 1863 con Carlina Chacón, hija de Pedro León Chacón y María Encarnación  Sánchez de Capacho.-Marcos Méndez, nació en 1840. Y murió el 10 de enero de 1906. Casó el 10 de septiembre de 1872 conAna Paula Bautista. Este matrimonio fue muy prolífico e importante. Hijos de Esteban Méndez y Rosalía Chacón fue Rosalina Méndez, que casó el  27 de septiembre de 1895 con Martín Carrillo, hijo de Polo Carrillo y Clara Contreras de La Bateca. Fueron los padres de Fermín, Martín, Isidro, Víctor, Isabel y Ana Fernanda.Federico y Evaristo eran hijos de Esteban Méndez y Rosalía Chacón. Con todos estospersonajes guardaba cercana relación  Aurelio Chacón.El realizaba frecuentes y acertadastransacciones con ellos, porque  este trato representaba la formulación de proyectos para el mejoramiento de los campos y las cosechas.
Aurelio Chacón es un hombre de altas virtudes y de sentimientos altruistas. Es enemigo de alborotos y sangrientas contiendas como la ocurrida en su casa el 15 de agosto de 1885 en la que el bandido Raimundo Morantes fue decapitado. Es unhombre de paz y de progreso.Es sereno en el cálculo y acertado en las decisiones.  El es así, a pesar que le tocó vivir su vida más productivaen una etapa agitada y feroz. En esa etapa ocurrieron  sus estadías en la Junta Municipal, cuando le correspondió ser Presidente. Siempre trató de conducir al pueblo por los caminos de la paz y la conciliación. Esto a pesar de la  nefasta situación política y social en que le tocó vivir. Efectivamente, cuando tenía sólo 23 años y su vida pública comenzaba a desarrollarse por fructíferos caminos, el Presidente Antonio Guzmán Blanco creó el desacertado e infeliz Territorio Federal Armisticio el 18 de agosto de 1883. Se trataba de una amplia entidad geográfica que comprendía el extensísimo territorio que iba de occidente a oriente  desde la Parroquia fronteriza de Delicias hasta la apartada región llanera de   la Trinidad de Orichuna. Por el norte el límite era el río  Quinimarí, el Río Frío, el Uribante,  el Sarare y el Apure, mientras que por el sur la línea divisoria  era el límite con la República de Colombia. Al llegar a un meridiano donde se podía trazar una vertical a la Trinidad de Orichuna, se ascendía a esta región y terminaban los límites. Las capitales sucesivas de este amplio territorio fueron las poblaciones de Delicias, Guasdualito,  y Palmarito. Se comprenderá que para aquella época tan vasto territorio carecía de vías de comunicación. Sus poblaciones estaban completamente aisladas y eran un emporio de criminales y bandidos.Llano de Ratón se convirtió en refugio de criminales y asesinos. Bastaba sólo con saltar el Río Quinimarí para quedar asilado en Llano de Ratón y vivir sin ninguna ley. Todos los domingos amanecíancuatro, cinco o más muertos en los corredores de Mata de Plátano (hoy San Joaquín). Y como las autoridades estaban en Guasdualito y Palmarito y no había vías rápidas de comunicación, enterraban los cadáveres al pie de los cascarillos sin expedientes. Las tomaderas de alcohol lo sábados en la noche de los numerosos obreros  que contrataban para las cosechas del café favorecían esta vida desordenada. Aurelio Chacón, en medio de este caos, de esta corrupción, de este teatro  del crimen, conservó intactas sus virtudes de gobernante y pulcro ciudadano, porque su alma era inmaculada. Con razón Carmelo Niño escribió su hermoso valse Lirio Azul. En  septiembre de 1888 Aurelio Chacón es nombrado Primera Autoridad Civil de la Parroquia de Santa Ana. Su Secretario es Segundo R. Sayago. El 14 de Mayo de este mismo año es Aurelio Chacón Vocal de la Junta Comunal.En 1889 Aurelio Chacón forma con Luis Varela y Pedro Alcántara Arellano una Junta para constituir una Banda Musical en Santa Ana. El 2 de Mayo de 1890 Aurelio Chacón vuelve a ser Primera Autoridad Civil del la Parroquia Santa Ana. Su Secretario es Segundo R. Sayago. En 1891 Aurelio Chacón construye la casa que será propiedad del General Adolfo Méndez  frente a la Plaza Bolívar. En 1897 Aurelio Chacón es Vocal de la Junta Comunal de la Parroquia Santa Ana En 1899 Aurelio Chacón es Presidente de la Junta Comunal de Santa Ana, es decir, es Presidente de la Municipalidad y después de Presidente pasa a ser Vicepresidente de la misma Municipalidad.
Ocurrieron en este  Federal Armisticio asesinatos atroces como el del Dr. José Gregorio Villafañe Quiñones, hombre cultísimo, político y profesor universitario que fueultimado en el camino de la Blanquita a Santa Ana, al finalizar la cuesta que subedespués del Patio de las Brujas en las cercanía de la quebrada La Amorosa y se dispone a bajar al valle de la Ratona. Se dice que al llegar a la cumbe el cerro, su acompañante cuadró su caballo en frente de un matorral y le solicitó al Dr. José Gregorio Villafañe Quiñones un cigarrillo. El Doctor detuvo su caballo para dar lo solicitado, y en ese momento salió delmatorral un tiro que le mató. También se dice que el autor del tiro fue Carlos Añez Casas que vivía en SantaAna, y que después fueConcejal del Distrito San Cristóbal.Este asesinato fue cometido el 27 de marzo 1889. Don José Gregorio Villafañe no murió en el sitio del disparo. Murió en el Camino de Mata Mulas, en las faldas de Llano Chiquito, siendo llevado a San Cristóbal para buscar asistencia médica. Otro asesinato notable en el Territorio fue el del político Segundo Prato, opositor contumaz del Partido Liberal Amarillo. Las quejas fueron muchas y eso obligó a que el Presidente de la República Raimundo Andueza Palacio eliminara el Territorio el 13 de mayo de 1990. La Parroquia de Santa Ana había sido creada el 30 de abril de 1888 siendo el primer Presidente Francisco Chacón, hermano de Aurelio Chacón, y el primer Vicepresidente José del Carmen Villamizar, bisabuelo Cronista. La Parroquia de Santa Ana que en su integridad pertenecía al Territorio Federal Armisticio, después de eliminado éste,  fue anexada al Distrito San Cristóbal del Estado Táchira.Como queda expuesto, Aurelio Chacón tuvo que vivir entre las anteriores peripecias, pero a pesar de las gravedades de éstas, supo conservar la integridad de su noble y emprendedora personalidad, y no dejarse influenciar jamás por pasiones bajas.
Entre los amigos de Aurelio Chacón hay que citar al General Luis Varela, nativo deAzua y que llegaría a ser Presidente del Estado Táchira y quien decretó el Hospital Vargas para San Cristóbal; El General Francisco Antonio Chacón Ch., el General Adolfo Méndez, el General Manuel Rodrigo, el General Eulogio Moros, José del Carmen Villamizar, bisabuelo de Cronista, Felipe Molina, Cleto Molina, Pedro Alcántara Arellano, Abelardo Peñaloza, Nicolás Falcón Loverchi, Salvador Ruiz, Marcelo Antonio Contreras, Ovidio Salas, Heriberto Salas, Nonato Valderrama, Caracciolo Quintero,  Juan Ochoa , Mons. Dr. José de la Concepción Acevedo, el Dr. Luis Vélez, el Pbro. Dr. Baltazar Vélez, Segundo R. Sayago, Don Rafael María Daboín, Manuel Valero, Mario Escalante, el procurador José Ascensión Niño, Antonino Moreno, José María Moreno, Juan de la Cruz Ruiz, el poeta General Joaquín Quintero, Casimiro Ruiz,Lorenzo Martínez, Melquiades León, Martín León, Natividad Martínez V., Clemente Monsalve, Manuel Valero.
Timoteo Chacón fue un hombre cuidadosamente religioso, y en esos principios educó a sus hijos. Tan pronto hubo construido su hermosa casa y comenzado a realizar parcelamientos que fue vendiendo  a los primeros comunitarios, pensó en erigir en sus dominios una Capilla para el cultocatólico. Para ello se dirigió al Obispo de Mérida, Juan Hilario Bosset, le expuso sus aspiraciones, y le solicitó el permiso. El Obispo le respondió en forma afirmativa el 21 de abril de 1872. Timoteo se dio de inmediato a la construcción de la Capilla. La ermita se comenzó a levantar, y ya estaba casi terminada cuando sobrevino el espantoso terremoto del 18 de mayo de 1875 que  causó graves daños, incluso en la casa de  don Timoteo. En la sala, acostados en una esterita estaban Juan Pablo Chacón, que había nacido el 26 de Junio de 1871, y Felipe Molina cuyo nacimiento fue el 1 de mayo de 1875. Ana Rosa, al sentir los primeros estremecimientos tomó a su hijo Juan Pablo en sus manos, y a Felipe Molina por una pierna y con ellos salió al patio. El techo de la casa se derrumbó. La Capilla que estaba a punto de terminarse, se fue al suelo. Esta  Capilla aparecía ubicada unas tres cuadras al occidente de la casa de Timoteo, en dirección al punto donde hoy se levanta la monumental estatua de Santa Ana que en la carretera, a la entrada de la ciudad, saluda al visitante. La Capilla quedó completamente en ruinas. El año 1955 doña Máxima Chacón Méndez de Patiño narró al Cronista en Caracas los siguientes hechos. Por los alrededores de 1883,  Llano de Ratón, debido al terremoto, se había desplazado bien al occidente, donde se encuentra en la actualidad. Aurelio Chacón hizo cavar a la entrada de la capilla destruida, y del fondo de la tierra sacó la Piedra Fundamental de Santa Ana, hecha de Piedra tallada, que allí había colocado su padre. En sagrada ceremonia religiosa, presidida por Monseñor Doctor José de la Concepción Azebedo, en una sábana blanca colocaron la Piedra Fundamental, tomaron las cuatro puntas de la sábana José María Chacón, Aurelio Chacón, José del Carmen Chacón, y don Manuel Rodrigo. En esa forma suspendida la llevaron en sagrada procesión que acompañó una multitud de personashacia donde se estaba formando el pueblo actual y la sembraron en el sitio que ocupa el atrio del  Templo de hoy. En el año 1959, el maestro Eleuterio Barbosa relató al Cronista los siguientes hechos, sin conocer lo que doña Máxima había referido en 1955. El año 1915, bajo las órdenes del párroco Manuel Rosales, él trabajaba en el frontis neoclásico del Templo, el cual primitivamente había sido construido por el maestro Pedro Moreno, bajo la supervisión arquitectónica de Juan de los Santos Rangel, arquitecto de mucha fama, padre de Jesús Manrique, y que había intervenido en la construcción de muchos Templos en el Táchira. En 1915 los dos, el maestro Pedro Moreno y el maestro Eleuterio Barbosa, al realizar los mencionados trabajos en el frontis del Templo, descubrieron la Piedra Fundamental. Se constataron así las revelaciones dadas en 1955 por doña Máxima Chacón Méndez de Patiño al Cronista. En cuanto a las dimensiones de la Piedra Fundamental  de Santa Ana, el maestro Eleuterio Barbosa la describió así. Es una piedra burda, labrada, de cincuenta centímetros de larga por cuarenta centímetros de ancha.Tiene veintecentímetros de alta.No se movió del sitio donde fue encontrada y se dejó en elmismo lugar.O sea en el trayecto que queda   entre la mitad de la puerta principal y el lugar donde comienza la primera grada que baja a la calle.
Quizá  este año de 1883, probablemente fue el año en que nuestra población cambió de nombre. Hasta entonces se había llamado “Llano de Ratón”. Explicaréa qué se debía este nombre. Timoteo Chacón nació en enero de 1824 en el“Llano de Cordero”, hoy Cordero, Capital del Municipio Andrés Bello. Este Cronista ha escrito el libro “Cordero y su Historia”. Esto explica por qué su Partida de Bautismo esté en la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, y no en la Iglesia Matriz de San Cristóbal, hoy Catedral. EstandoTimoteo ya adolescente, sus padres se mudaron para Azua. Pero él nunca se olvidó de su “Llano de Cordero”. Cuando en1860 descubrió loque es hoy el Municipio Córdoba, observó que había tres mesetas, o “Llanos”. Una está situada al noreste del Cementerio actual. Era pequeña. La llamó “Llano Chiquito”, Es la que queda entre el Camino de Mata Mulas que baja a la desembocadura de la quebrada Ratona en el río Quinimarí, y que tiene por límite norte el río Quinimarí. Observó una meseta amplia donde se podía construir una ciudad.Es la meseta donde hoy asienta Santa Ana. Enesta meseta observó que estaba poblada de mucho arbusto Llamado “Ratón”. Por ella la llamo “Llano de Ratón”. Y mucho más arriba, después de Mata de Plátano, observó una meseta muy grande. La Llamó “Llano  Grande”. Decíamos que probablemente en este año de 1883 Aurelio Chacón y sus hermanos cambiaron el nombre de “Llano de Ratón” por” Santa Ana”. Se sabe que el Ilustrísimo Monseñor José de la Concepción Azebedo tuvo mucha participación en ello y fue el que sugirió que debería cambiarse el nombre a la población que ya estaba formada. Es posible que Monseñor Azebedo, al ver que se depositaba la Piedra Fundamental en sitio escogido para la nueva población, sugiriera el cambio de nombre. Según doña Máxima Chacón Méndez de Patiño, sobrina de Timoteo Chacón por ser hija de suhermano Antonio Chacón Valero  y por ser sobrina de doña María Guadalupe, puesto que era hija de don José del Carmen Méndez Angola y Doña Petra Méndez Corona de Chacón, Monseñor José de la Concepción Azebedole dijo a los hijos de Timoteo. “Señores, ya es tiempo que cambien el nombre de la población. Qué nombre Ustedes creen que le hubiera puesto su padre don Timoteo a la ciudad por él fundada?”- Los Chacón nosupieron qué responder. Entonces Monseñor Azebedo les preguntó: “¿Qué nombre le dio Don Timoteo a su primera hija?”---“Ana Rosa”,-respondierontodos. Entonces Monseñor Azebedo les dijo: “Pues el nombre que ledeben poner al pueblo es el de Santa Ana”. Es de hacer notar que Doña Máxima Chacón Méndez de Patiño, a la edad de ocho años, fue testigo presencial de la extracción de la Piedra Fundamental de las runas de la vieja Capilla, de la Procesión de traslado de la Piedra Fundamental hasta el atrio de la Iglesia actual, y de la siembra de la Piedra Fundamental en el sitio donde siempre ha permanecido desde entonces.
Otra acción religiosa de Aurelio Chacón fue firmar con sus hermanos la Escritura Pública, mediante la cual, anombre de su padre Timoteo Chacón, hizo donación a la Iglesia Católica  de los terrenos donde hoy se levanta el Templo y la Casa Parroquial. Eso ocurrió el 18 de abril de 1890. Finalmentediré que el año 1897, el26 de Julio se celebró por vez primera y en forma solemne la primera fiesta patronal de Nuestra Señora de Santa Ana. Se hizo para estrenar la Imagen, que procedente de Valencia, España, había regalado don Marcelo Antonio Contreras. El cura párroco era el Pbro. Dr. Baltazar Vélez, hermano del Dr. Luis Vélez, que hizo el primer puente del Tambo y que fue Miembro Fundador de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas, y cuyo busto reposa en dicha Academia, en el Palacio de las Academias en Caracas. Para dicha fiesta de Santa Ana el 26 de julio de 1897, Aurelio  Chacón regaló un lujoso y completo juego de Ornamentos a la iglesia Católica.
  Aurelio Chacón fue un hombre muy servicial y comedido con sus semejantes. Hará unos 8 años don Manuel Lozano, talabartero famoso de Rubio, casado con Belén Vivas, hermana del Ilustrísimo Monseñor Bernabé Vivas, y quien tenía en Rubio una importante talabartería y había llevado a Santa Ana al talabartero Isaac Villamizar, padre del Cronista para montar una talabartería en la carrera 10, parte lateral de la casa de Segundo R. Sayago, relató al Cronista lo siguiente:  En esos tiempos el río Quinimarí presentaba frecuentes y grandiosas crecidas que detenían a los viajeros. Hasta cinco días tenían que esperar éstos a que el río diera vado. Tal sucedió con los Sacerdotes Mons. Dr. José Concepción Acevedo, Pbro. Dr. Rafael Antonio González, Marcos Velandia, Gabriel Gómez y Justo Pastor Arias que fueron el 11 de Noviembre de 1889 a bendecir la primera Capilla que se construyó en el nuevo poblado de Santa Ana y a instalar en ella las 14 estaciones del Vía Crucis. Los Sacerdotes no podíanregresar a San Cristóbal  porque el río no daba vado, y tuvieron que quedarse  tres días en Santa Ana en la casa donde se hospedaban.La casa a donde habían llegado los sacerdotes  era la delbisabuelo del Cronista, Don José del Carmen Villamizar, casa que más tarde fue, desde 1911 residencia de Tulio Hernández e Ismenia Ramírez de Hernández. Aurelio Chacón siempre se compadecía de los viajeros detenidos por el río. Se iba con ellos hasta la orilla del Quinimarí. Allí ataba un fuerte lazo a un árbol. Se desnudaba  y ataba el lazo a su cintura. Entonces se lanzaba al río y lo atravesaba nadando, pues él era el único hombre que podía hacer esta proeza. Al llegar a la otra orilla amarraba el segundo extremo del lazo a otro árbol. Construía así un puente artificial. Se volvía a regresar nadando a la primera orilla e iba pasando uno a uno a los viajeros agarrados del lazo. Así podían éstos continuar el viaje.
Aurelio Chacón introdujo el primer piano a Santa Ana, en la casa que tenía dispuesta para su hogar. Estaba lahermosa y amplia casona situada al pie de la Plaza Bolívar donde enla segunda década del  siglo XIX viviría  don Hernán Buenaño Vivas, casado con doña Luisa Escalante de Buenaño. Sin embargo el matrimonio de Aurelio Chacón no llegó a efectuarse. El era un hombre muy serio y orgulloso de sus propias virtudes. No aceptaba ninguna cosa incorrecta ni ninguna infamia. Según me contó doña Máxima Chacón Méndez de Patiño en Caracas el año 1955, en casa de su hija Aura Patiño Chacón de Arrieta, poco tiempoanterior al matrimonio de Aurelio fue invitada la futura suegra a Santa Ana. Esa dama, incorrecta e imprudente, tuvo la osadía de preguntar a varias personas que si la enorme y envidiable riqueza que demostraba AurelioChacón era en realidad propiedad de él, o si en cambio debía esa riqueza a las poderosas casas comerciales deSan Cristóbal. Aurelio se indignó por esta injusta y falaz infamia, rompió el noviazgo y no se casó con su prometida. En mi archivo reposan dos fotografías  de dos hermosas jóvenes, hijas naturales de Aurelio Chacón, que me regaló don José María Moreno. Juana Rita Palma de Soto, antes de su matrimonio, tuvo de Aurelio un hijo muy apuesto, que lamentablemente pereció ahogado.
En 1900 hubo una gravísima epidemia de viruela en Santa Ana. Lamentablemente uno de los atacados por el virus en una forma muy grave fue AurelioChacón. Murió entre grandes dolores, a la edad de cuarenta años el 6 de Junio de 1900. Ya podremos imaginarnos cuántas cosas más hubiera hecho por Santa Ana si Dios le hubiese concedido setenta u ochenta años de vida. Su mausoleo, que queda a la entrada izquierda del Cementerio de Santa Ana, y que estáinmediatamente al lado del de su hermana Ana Rosa Chacón de  Ruiz, representa una gran columna partida por  mitad. Es un símbolo de la vida de Aurelio. Quiere decir que al morir Aurelio Chacón se partió y se detuvo por mitad el progreso de Santa Ana.


DR. JOSE JOAQUÍN VILLAMIZAR MOLINA.- Hijo Ilustre de la Ciudad de Santa Ana.-Hijo Ilustre de la Ciudad de San Cristóbal.- Cronista de la Ciudad de Santa Ana.- Cronista  Emérito de la Ciudad de San Cristóbal.- Miembro Fundador y Decano de los Cronistas Oficiales de Ciudades de Venezuela.- Individuo de Número de la Academia de Historia del Táchira.- Miembro de la Sociedad d Médicos Escritores Dr. “Francisco Herrera Luque” de la Federación Médica Venezolana.

       Valle de la Pascua, Quinta “Alba Marina”, 9 de Noviembre de 2.015

1).-Copia para el Concejo Municipal de Córdoba
2).-Copia para el Concejo Municipal de San Cristóbal
3).-Copia para el Concejo Municipal de Andrés Bello
4).-Copia para el Concejo Municipal de Cárdenas
5).- Copia para la Academia de Historia del Táchira
6).-Copia para el Táchira Literaria
7).-Copia para el Salón de Lectura, Ateneo del Táchira
8).-Copia para la Alcaldía de Córdoba

9).-Copia para la Asociación de Cronistas del Táchira

Acto de Presentación de Libros el 13/06/15

ACTO DE PRESENTACIÓN DE LIBROS, FONDO EDITORIAL DEL ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA Y ACADEMIA DE HISTORIA DEL TÁCHIRA. UCAT, SEDE SABANA LARGA, 13/06/15
Programa
1.      Himno Nacional
2.      Apertura del Acto: M.Sc. Wilfredo Rafael González Rodríguez, S.J., Vicerrector Académico de la UCAT
3.      Palabras del Presidente de la Academia de la Historia del Táchira, Lic. José Ernesto Becerra Golindano.
4.      Palabras del Arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, Mons. Baltazar  Henrique Porras Cardozo.
5.      Presentación de las obras (primer grupo):
·        Escolástico Duque. Altura y reciedumbre de su talla sacerdotal.
Autor: Juan de Dios Peña Rojas.
o   Presentación: Dra. Ana Hilda Duque.
·        Sentimientos del alma.
Autor: Pedro Felipe Carrero Mejía.
o   Presentación: Ing. Gerardo Suárez Escalante.
·        Entre la Monarquía y la República. Vida cotidiana en la Diócesis de Mérida de Maracaibo desde la documentación del Archivo Arquidiocesano de Mérida.
Autora: Ana Hilda Duque.
o   Presentación: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo.
6.      Intermedio musical , Ensamble Cuatro cuatros de Michelena, Director Jhorman Forero
7.      Presentación de las obras (segundo grupo):
·        Diccionario de escritores merideños. Humanidades y Ciencias Sociales.
Autores: Rafael Ángel Rivas Dugarte y Gladys García Riera.
o   Presentación: Dra. Ana Hilda Duque.
·        Breve biografía del Excmo. Mons. Miguel Antonio Salas Salas.
Autor y presentación: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo.
·        Casi 100 años de historia viva. Sacerdote Mons. Raúl Méndez Moncada.
Autores: Ramón González Escorihuela y Lucrecia Gómez Castañeda.
o   Presentación: Dr. Ramón González Escorihuela.
8.      Palabras de Mons. Raúl Méndez Moncada.
9.      Bautizo de las obras con granos de café obsequiados por la empresa tachirense CONCAFÉ
10. Palabras del Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez.
11. Condecoraciones otorgadas por la Fundación Cultural Lectura y Recreo de Lobatera en su Primer Centenario, a cargo de su Presidente Doctor. Roberto Esteban Avendaño.
12. Himno del Estado Táchira

Se invita a los presentes a un pequeño brindis
















Sesión Solemne Aniversaria del 23/05/2015

Orden del día

1.      Himno Nacional de Venezuela, interpreta Prof. Martha Medina
2.    Palabras del Presidente, Individuo de Número, Lic. José Ernesto Becerra
3.    Toma de Juramento por parte del Presidente a los nuevos Miembros Cronistas Richard Edixon Medina Zambrano, Cronista de Lobatera y Asdrúbal José Millán González Cronista de La Grita, Imposición del Botón (Tesorera de la Academia) y entrega de Credencial (Vicepresidente), a los nuevos miembros
4.    Discurso de Orden a cargo del Miembro Correspondiente Dr. Manuel Carrero
5.     Clausura del Acto, Individuo de Número, Lic. José Ernesto Becerra Golindano
6.    Himno del Estado Táchira, interpreta Prof. Martha Medina


Palabras de apertura del Licenciado José Ernesto Becerra Golindano, Presidente de la Academia de Historia del Táchira, en la Sesión Solemne Aniversaria del 23/5/15

La Academia de Historia del Táchira les agradece en el más alto grado el amable gesto de acompañarnos en este aniversario vigésimo cuarto, fecha en la que también evocamos la institución genitora: El Centro de Historia del Táchira establecido en octubre de 1942.
Me permito en este momento compartir con ustedes algunos aspectos de nuestra vida académica, vida dedicada al Táchira, a su historia y a su gente, y por supuesto a su futuro, que debe ser un mejor futuro. La Academia mantiene invariable su ritmo de sesiones mensuales y participa en diferentes escenarios de la vida institucional del estado
La oportunidad requiere explicar la ausencia de 2 de nuestros Individuos de Número, sempiternos asistentes de la fecha e imagen de la Institución como grandes investigadores y prolíficos autores de libros de historia. El Dr. José Joaquín Villamizar Molina, Cronista Emérito de San Cristóbal quien se encuentra en Valle de la Pascua, en casa de su hija y su familia, recuperándose de algunos quebrantos de salud, y el Dr. Luís Hernández Contreras, quien está de reposo en su residencia de esta querida San Cristóbal, recuperándose de una lesión en un pié.
Señalamos también que el recién admitido Miembro Correspondiente Ingeniero Gerardo Suárez Escalante, quien se encontraba visitando San Cristóbal con la intención de asistir a esta Sesión Solemne, sufre la inmensa tristeza que le ocasiona la muerte de su madre, la honorable y centenaria matrona Doña Hercilia Escalante Velandia de Suárez, acaecida antenoche. Expresamos nuestra solidaridad a nuestro hermano y a toda su familia.
Enviamos un saludo muy especial a los Miembros de Número y demás integrantes de la Academia de Historia de Norte de Santander, en Cúcuta, Colombia, quienes no han podido enviar su representación debido a las dificultades de tránsito fronterizo. Igualmente saludamos a las instituciones hermanas con quienes tenemos convenios de reciprocidad desde hace una década, establecidos en la gestión del Dr. Pascual Mora García, la Academia de Historia del Zulia y la Academia Boyacense de la Historia en Tunja, Colombia. El saludo también se extiende a las Academias de Historia de Santander, Mompox, Ocaña, Pamplona y a la Academia de Mérida.
Apreciamos además, y lo expresamos con la mayor efusión, la presencia del Dr. Manuel Carrero, Miembro Correspondiente de esta Academia, quien ha hecho el esfuerzo en estos tiempos complicados de trasladarse a su tierra natal desde la Capital de la República para pronunciar el Discurso de Orden.
Saludamos con afecto la presencia de los estudiantes de 4º año de la Licenciatura en Educación, Mención Ciencias Sociales de la Universidad Católica del Táchira, quienes han tenido entre sus profesores a varios Individuos de Número de nuestra Institución entre los cuales me cuento, y quienes conforman la Comisión Organizadora del Centro de Historia “Dr. Ramón J. Velásquez” de la UCAT, el cual debe quedar establecido en el mes de junio próximo. Bienvenidos!
Recibimos con respeto y alegría a la vez a los representantes de las Instituciones hermanas que nos honran con su presencia: Sociedad Bolivariana del Táchira, Colegio de Médicos del Táchira, Asociación de Cronistas del Táchira, Museo del Táchira, Biblioteca de autores y temas tachirenses, Profesores de ULA y UCAT.

Destacamos la presencia de los dos nuevos Miembros Cronistas de la Academia que hoy se incorporan y juran. Los profesores Richard Edixson Medina Zambrano, Cronista de Lobatera, y Asdrúbal José Millán González, Cronista de La Grita, a quienes ofrecemos los lazos de fraternidad que imperan en la Academia.
Anunciamos la próxima publicación de tres importantes obras en formato electrónico o virtual. En la primera quincena de junio debe bautizarse el libro Sacerdote, coedición del Archivo Arquidiocesano de Mérida y la Academia de Historia del Táchira, escrito por la Licenciada Lucrecia Gómez y el Dr. Ramón Ernesto González Escorihuela, este último Individuo de Número de la Academia, y que es una Biografía Entrevista de Monseñor Raúl Méndez Moncada, Decano de esta Academia, por la calidad extraordinaria del personaje resulta innecesario agregar mas. Algunas semanas después aparecerá la Historia de la Música Tachirense, escrita por el Académico Dr. Luís Hernández Contreras, con el altruista patrocinio del Ing.  Luís Fernando Moreno Arias, esta obra marcará un hito en uno de nuestros más preciados patrimonios, la cultura musical. La Institución saluda esta nueva obra de nuestro acucioso investigador cuya producción de alta factura ya se cuenta en decenas. Finalmente informamos la cercana reaparición del Boletín de la Academia de Historia del Táchira, con la inteligente coordinación de los Doctores Roberto Esteban Avendaño, Felipe Guerrero y Edgar Sánchez, y con un original mecanismo de financiamiento diseñado por el Dr. Avendaño. Para la Academia constituye un logro de la mayor importancia lograr vencer los obstáculos materiales que impedían la salida de nuestro Boletín.
Hace casi 49 años, el 5 de julio de 1966, leyendo en el Salón de Lectura  su Ensayo Psicología Tachirense y Desarrollo, el Dr. Antonio Pérez Vivas cerraba sus palabras con unos votos que hoy cito como cierre de esta intervención de apertura, intentando describir el espíritu tachirense, uno de los motores que mueven a la Academia de Historia del Táchira. Cito: “Que los tachirenses nos resolvamos a llevar adelante designios definidos, a adoptar decisiones propias y maduras, y a conducir a su término las medidas aptas para realizar esos designios.
Que nuestro pueblo altivo, digno, nacionalista, reflexivo, inteligente, laborioso y tenaz, ávido de cultura y de grandeza, se yerga unido como nunca lo estuvo antes, sin jactancias ni temores, en el propósito de superarse integralmente, comprender a los demás pueblos hermanos y hacerse entender, respetar y amar”.

Señoras y señores


Discurso de orden, Dr. Manuel Carrero (Pendiente)
 PRESIDENTE  GENERAL  CIPRIANO  CASTRO,
ENTRE  LA DEUDA  Y  LA ANARQUÍA: LA PAZ  NACIONAL


Prof. Manuel E. Carrero
23 de mayo 2015

Respetadas señoras y señores, Individuos de Número y Miembros Correspondientes de nuestra Academia de Historia del Táchira. Reciban mi sincero agradecimiento por la gentileza al invitarme a conmemorar y celebrar la efeméride magnifica del 23 de mayo de tanta importanciaen nuestros anales históricos regionales.
Cuando la doctora Yariesa Lugo Marmignon me informó sobre la invitación, y después me la confirmó el doctor Ramón González Escorihuela-amigos desde los años cuando cursamos estudios de postgrado en la Universidad Santa María, bajo la dirección de nuestro Maestro Federico Brito Figueroa-, para estar en esta ocasión tan significativa en nuestro Táchira querido, me pregunté cuáles cosas nuevas, interesantes e importantes se podían decir del General Cipriano Castro yla Revolución Liberal Restauradora en funciones de gobierno, sobre todo para que mi participación no fuera una simple formalidad recordatoria. Esto lo pensé suficientemente.
Puedo decir con responsabilidadque aún queda bastante por conocer acerca de la arquitectura político-administrativa venezolana iniciada por los tachirenses durante los años de la RestauraciónLiberal, lo cual tiene una significación especial para nosotros andinos y tachirenses, porque a casi un siglo de vida independiente que contábamoscuando la Restauradora llegó al poder, y más de ochenta años de ser gobernada por venezolanos, los Presidentes de la República habían sido centro-llanero-orientales,y el inventario de ese siglo no era el más halagüeño en el campo de la administración pública y lapaz nacional.
En nuestros papeles oficiosos y administrativos, en periódicos regionales, nacionales y de otros países, en correspondencia cruzada entre funcionarios gubernamentales, en Libros de Control, Libros y Cuadernos Copiadores, Archivos privados, Memorias de Ministerios, Gacetas Oficiales, Archivos familiares, y sobre todo en los reportes enviados por Misiones diplomáticas hay información importantísima y desconocida sobre las realizaciones de la Restauración Liberal desempeñando funciones de gobierno
El tiempo crucero entre los siglos XIX y XX sigue siendo sumamente rico para quienes investigamosla Historia venezolana;  por ejemplo, aún queda mucho por saber acerca de la crisis de la economía agropecuariaa finales del siglo XIX en Venezuela, los efectos del asfalto y el petróleo en nuestra vida política y económica, el fin de las guerras civiles y la paz nacional, el reordenamiento administrativo y las nuevas Instituciones, la centralización político-administrativa y fiscal, la creación del Ejército Nacional,  Venezuela en el talonario de las potencias imperialistas ylos riesgos de nuestra soberanía más allá del bloqueo 1902-1903, etc., digo todo esto para relacionarlo con el desempeño de los tachirenses en la administración del gobierno nacional y las cuentas no saldadas todavíapor quienes nos endosan todos los padecimientos del siglo XX.
Aún hay historiadores  con visiones sesgadas, con juicios y prejuicios ya tomados a la hora de inventariar la contribución de los tachirenses en el proceso histórico venezolano, y merman esa contribución y la minimizan contraponiendo las innegables medidas rigurosas y severasque fueron aplicadascomo necesidad ineludible durante la Restauración Liberal para abatir la anarquía, medidas que a la luz del tiempo lucen ineludibles para poner orden en el país que en el mismo siglo XIX fue denominado“cuero seco” por la continua inestabilidad.
Todos sabemos cómo se flageló al General Castro trasla caída de su gobierno,porque no fueun gobernante cómodo para las camarillas políticas que secuestraron la República desde su fundación, tampoco lo fue para los amos del poder financiero cuando la República necesitó de sus caudales en momentos de emergencia, ni lo fue para los propietarios de tierra y comercio cobijados bajo la simbología de la preeminencia socialy beneficiados por vía delictiva con la riqueza fiscal, menos aún para quienes sostienen que el General Castro todos los días despertaba apuntando en un mapamundi con cuál de las potencias del mundo iba a reñir. El General Castro pudo haber sido muchas cosas, pero por sobre todo fue un patriota convencido y decidido sin tomar en cuenta los riesgos.
Aquella Venezuela anarquizada no tenía espacio para un gobernantetimorato que quisiera poner fin a la anarquía política y administrativa erigida en obstáculo para el desarrollo, la producción y los avances de una nación heroicaque había entregado a la causa de la Independencia casi el 30% de su poblacióny ya contaba ochenta años tratando de derrumbar las dificultadescausadas por la vieja clase latifundista, las camarillas políticas y la oligarquía aduanera.
Cada avance que hago en investigaciones sobre el tiempo y dificultades de aquella época, me convencenmás de la colosal tarea que le tocó iniciar al General Castro y a la Restauración Liberal para ordenar y pacificar la República. Era un costo muy elevado para romper el orden establecidodesde el poder político y económico, en el cual la paz era lo ocasional y la guerra lo permanente. No se puede ocultar que fue un costo doloroso y seguramente muchas veces injusto, pero no ni hay espacio para complejos porque no había otra forma de romper con anacronismos de una nación conformada por seis o siete grandes señoríos bajo dominio de viejos caudillos, rebeldes ante la Constitución y la ley. No había otra forma de doblegarlo sino a un alto precio y el General Castro pagó ese costo.
Verdaderamente se tenía que ser audaz, valiente y resuelto para enfrentar a un petrificado bloque hegemónico de poder constituido por camarillaspolíticas estructuradas desde la fundación de la República y renovadas después de la Guerra Federal, que tenían su propia ley porque eran lo estatuido y lo instituido; eran círculos fosilizados para quienes el país era una parte de su patrimonio personal.
Eso lo sabía el General Castro cuando tomó rumbo al centro del país. Conocía bienlos políticosvenezolanos desde 1890 cuando asistió al Congreso como Diputado por la Sección Táchira del Gran Estado Los Andes;de modo que al triunfar en la crucial batalla de Tocuyito, comprendió que se aceleraba la caída de aquella estructuraoxidada. Entonces ganó tiempoesperando mientras se devoraran entre sí los caudillos y esto lo confirmó en Valencia, adonde llegabancon propuestas del Presidente Ignacio Andrade para negociar el cese de la Revolución, pero cada uno le planteaba al General Castro ofertas personalesmuy diferentes, en arteros planes que revelabansu degradación.
Ladiversas propuestas, la jerarquía de hombres y la cantidad de comisiones enviadas por el Presidente Andrade a negociar con el General Castro apostado en las afueras de Valencia y Maracay, expresaban la descomposición de aquel sistema político, porque todos traicionaban al Presidente Andrade y negociaban con el General Castro a título personal, tratando de hacer espacio su lado para derrocarlo después.
El historiador estadounidense William M. Sullivan  -para mí el más completo investigador del General Casto y su tiempo, publicó en 2013 el libro: El despotismo de Cipriano Castro-,  lo reivindica por el coraje mostrado para poner orden al desbarajuste en que se encontraba Venezuela a comienzos del siglo XX. A los pocos días de haber llegado a la Casa Amarilla, Cipriano Castro tuvo que definir quién era el Jefe del poder, él o los viejos caudillos que estaban decididos a controlar el mando como en los pactos acordados con Antonio Guzmán Blanco yJoaquín Crespo, y Don Cipriano tuvo que convivir en un juego de alarga y recoge la cuerda hasta que no dio más.
Entró en muletas a la Casa Amarilla por la lesión sufrida en Tocuyito, con un ejército de leales tachirensesque nada debían a los caudillos tradicionales pero estaban cansados, escasos de armas y desconocían la capital y suentorno. La Caja del Tesoro estaba totalmente vacía y los acreedores reclamaban pagos de abultadas deudas.En esos apremios no pudo ignorar a caudillos y personajes indecentes, logrerosde la políticacon quienes tuvo que formar su primer gabinete: Juan Francisco Castillo (Relaciones Interiores), Raimundo Andueza Palacio (Relaciones Exteriores), José Ignacio Pulido (Guerra y Marina), Víctor Rodríguez (Obras Públicas), Manuel Clemente Urbaneja (Ministerio de Educación), José Manuel Hernández “El Mocho” (Ministerio de Fomento), Julio F. Sarría (Gobernador el Distrito Federal),Celestino Peraza (Secretario de la Presidencia);ninguno de ellos era tachirense ni andino.
Pero además, al General Nicolás Rolando lo nombró en la jefatura Civil y Militar de Guayana, a Alejandro Ibarra en Trujillo, a Ramón Ayala en Coro, a Jacinto Lara en Barquisimeto,a Diego Bautista Ferrer en Maturín,a Esteban Chalbaud Cardona en Mérida, a Gregorio Segundo Riera en Carabobo ya Manuel Modesto Gallegos lo nombró Presidente del Estado Miranda; sin embargo quedaban otros rancios y peligrosos como los Generales Luciano Mendoza, Ramón Guerra, José Antonio Velutini, Diego Colina, Lorenzo Guevara, Domingo Monagas, Zoilo “El Caribe” Vidal, AmábileSolagnie, Antonio Fernández, Pedro y Horacio Ducharne, Ramón Ayala, Alejandro Ibarra, Pedro Julián Acosta, Pablo Guzmán, Francisco Batalla, Francisco Antonio Vásquez y otros a quienes debía colocar en cargos públicos de acuerdo a su jerarquíapara tenerlos cerca, y a los demás ponerlos bajo la mira,  lejos pero vigilados. Sólo a comienzos de diciembre de 1899 nombróal General Juan Vicente Gómez Gobernador del Distrito Federal. Poco tiempo después comenzó a sustituirlos con su gente, con jefes tachirenses, andinosoprobados partidarios suyos.
Hay que comprender esa situación para entender por qué el Programa de “Nuevos hombres…” se postergó.  El Presidente Cipriano Castro tuvo que convivir con sus enemigos a quienes no podía retar hallándose en virtual indefensión, desprovisto de recursos financieros y sin basamento militar.
Los nacionalistas del “Mocho” Hernández  lo asediaron sin descanso desde los días posteriores a Tocuyito cuando negociaba con el Presidente Andrade, y continuaron el acoso cuando asumió el gobierno y formóGabinete ministerial debido a la presencia de liberales amarillos.  El propio General Hernández, a quien puso en libertad inmediato a la toma del poder y lo nombró Ministro de Fomento, renunció a esecargo cuatro días después y se fue a armarle una Revolución.
Por otro lado el General Antonio Paredes lo retaba desde el Castillo de Puerto Cabello, y aquí en el Táchira losGenerales Juan Pablo Peñaloza y Joaquín Corona lo desafiaron hasta comienzos de marzo de 1900 cuando los ahuyentó el General Gómez. Si algo faltaba, en las calles de Caracas se desataban tumultos nocturnos con saldo de heridos y muertos por las burlas y ofensas que continuamentehacíanlos caraqueños a los tachirenses, ya por la forma de hablar o por haber sido ignorados a la hora de repartir cargos, ascensos militares o premios en metálicos, como sífueron beneficiadas las tropas de otros generales ajenos a la Restauradora. “Ni pago andino ni cobro caraqueño” fue la consigna reconocida por el común de la gente como “solución” de aquellos barullos callejeros.
El General Castro determinó por crear en febrero de 1900 una Intendencia General del Ejército destinada a recolectar armas y distribuir suministros de guerra, redujo gastos de gobierno y anunció la necesidad de adquirir acorazados, torpederos, naves de transporte y una flota de veleros auxiliares de vigilancia costera; crear un arsenal,una Escuela Naval y fundar el almirantazgo para formar la oficialidad de la armada venezolana.
Ya decidido a enfrentar al “fiero caudillaje”, envió a Francia al doctor José Cecilio de Castro en agosto de 1900 a comprar armas modernas: 10.000 máuseres de diez tiros cada uno ytres millones de cartuchos que llegaron tres meses después; en diciembre de ese mismo año hizo otra compra de armas: 12 cañones Hotchkiss de 42 mm., y otros 10.000 mil máuseres y dos millones de balas más, y a comienzos de 1901 volvió a adquirir otro equipamiento de armas.
Poco tiempo después trajo a Venezuela el primer ferrocarril artillado y las primeras ametralladoras modernas con las cuales podía enfrentar al caudillaje, pero se armó también con toda la energía necesaria para resistir las presiones de cobro que las potencias anunciaban por deudas e intereses leoninos negociados durante el siglo XIX.
El General Castro encontró una situación financiera  realmente grave que ponía a Venezuela en una condición de deudora insolvente e hipotecada con Bancos extranjeros, Bancos venezolanos, casas comerciales, inversionistas extranjeros, hacendados reclamando  indemnizaciones por atropellos cometidos en distintas revoluciones y usureros venezolanos que exigían elevados pagos inmediatos.
Este es un aspecto penoso de nuestra Historia. La deuda pública comenzó antes que Venezuela existiera como República Independiente. En las últimas décadas del siglo XVIII la corona española pidió préstamos a Bancos flamencos y germanos,  dando como garantía los ingresos fiscales de varios puertos venezolanos; de modo que el 30 de marzo de 1845, cuando se firmó en Madrid el “Tratado de Paz y Reconocimiento” entre Venezuela y España, nuestra nación, urgida de esadeclaración, debió aceptar, según dice el texto de ese Documento: “espontáneamente como deuda nacional consolidable  la suma a que ascienda la deuda de Tesorería del Gobierno español que conste registrada en los libros de cuenta y razón de las Tesorerías de la Capitanía General de Venezuela o que resulte por otro medio legítimo o equivalente”, con lo cual España agregó los intereses no cancelados a sus acreedores durante años, más los gastos realizados por las corona para enfrentar a los patriotas durante los años 1810 a 1821.
Igualmente hay que sumar las deudas de Panamá y Guayaquil agregadas a la deuda de la unióngrancolombiana en 1830 y toda una compleja relación depagos, valores monetarios, aumento de intereses, refinanciamientos, nuevos préstamos y comisionesentre los años 1840 a 1863 cuando se concretó el préstamo de la Federación por millón y medio de libras esterlinas gestionado por Guzmán Blanco.En el centenario del nacimiento del Libertador la deuda llegaba a 115 millones de bolívares, en 1895 eran 177 millones,y ya terminaba el siglo cuando en 1896 el General Joaquín Crespo acordó el humillante préstamo del Disconto de Gesellschaft  por 50 millones de bolívares, de los cuales no ingresó al fisco nacional un centavo porque todo se fue en pago de deudas e intereses atrasados, y sólo sirvió para aumentar la deuda pública nacional.
Esa era la realidad financiera de Venezuela en 1899 cuando llegó Cipriano Castro al poder: endeudada y sin recursos, pero además en descenso los precios del café que bajaron en la Bolsa de Nueva York de 20 dólares por carga en 1896, a ocho en 1898,con la consecuente ruina de los productores y la baja de los ingresos aduanales para el Estado.
Pero además el General Castro padeció la agresividad de las potencias imperialistas de la época que decidieron resolver sus conflictosen el mar Caribe. Alemania buscaba un enclave colonial en nuestro continente para aquilatarsu condición de potencia soslayando la Doctrina Monroe; Estados Unidos se posesionaba de Cuba, Puerto Rico yvarias islas en el Pacífico y mares asiáticos; desmembraba Panamá de Colombia y vulneraba a otros países Latinoamericanos para fijar su dominio, mientras Inglaterra afirmaba susupremacía colonial en el Caribe y el resto del orbe. Detrás estaban Francia y Holanda en una segunda línea con posesiones coloniales en nuestro continente desde siglos anteriores.
Reportes enviados por diplomáticos dejan ver que en para aquellas potencias imperialistas Venezuela era un país de mestizos, ineptos para la vida civilizada, gente bárbara y disoluta, incapaz de gobernarse por sí misma. Los banqueros del Discontode Gesellschaft,beneficiarios del infame préstamo de 1896, proponían establecer una administración internacional como la aplicada en Turquíadesde 1881 cuando se instaló la “Administración de la Deuda Pública Otomana”, (así se llamaba el aparato burocrático con más de cinco mil personas encargadas de recaudar los impuesto para cobrar una deuda superior a cien millones de libras esterlinas),mientras que los Diplomáticos alemanes eran partidarios de una solución tipo Egipto, donde se declaró en 1876 la suspensión de pagos a compañías europeas,y Gran Bretaña lo sometió a Protectorado, aplicando severas medidas económicas y financieras administradas por una Comisión de varias potencias europeas instaladas en un territorioocupado con todas las prerrogativas como agentes coloniales.
A comienzos del siglo XX Alemania tenía cerca de 180 millones de marcos invertidos en Venezuela y en esas condiciones los altos mandos del imperio alemán propusieron a Estados Unidos en 1901 soluciones conjuntas de fuerza, que Washington rechazó en principio, y después le concedió el permiso solicitado porque era, aparentemente, sólo para cobrar deudas, pero principalmente porque implicaba el reconocimiento de Berlín a la Doctrina Monroe. Por eso cuando fueron bloqueadas las costas venezolanas en 1902-1903, la deuda era un problema de forma, lo aparente, y las rivalidades imperialistas, lo de fondo, lo real.
La suma de las deudas reclamadas a Venezuela por las naciones extranjeras no justificaba la costosa movilización inmediata de diecisiete grandes naves de guerra inglesas y alemanas que contaban:acorazados, cruceros, cañoneras, torpederos, buque-escuelay corbetascuya tripulaciónse contaba entre 50 a 437 hombres,con data de construcción no anterior a 1895, mientras la tripulación de los 10 buques de guerra venezolanos variaban de 20 y 100 hombres y habían sido construidos entre los años 1874 y 1895. La capacidad de carga de las naves agresoras variaba de 355 a 11.000 toneladas y las naves venezolanas sólo tenían capacidad entre 17 y 750 toneladas; no digamos las diferencias en los nudos de desplazamientos. Pero hay que agregar cuatro naves italianas incorporadasdos días después, una balandra española y naves de “patrullaje y reconocimiento” estadounidense que vigilaban el no desembarco de hombres, tal como condicionó Washington la acción coaligada de las potencias agresoras.
Creo entender que verdaderamente aquella fue la primera amenaza inusual y extraordinaria contra un país virtualmente desarmado. Por cierto, desde los días del bloqueocuando la Proclama de “La planta insolente…” levantó el fervor patriótico venezolano y se formaron centenares de Juntas Patrióticas que quedaron registradas en Prefecturas del país, nunca, hasta estas semanas pasadas cuando el Presidente Obama emitió el infame Decreto contra Venezuela, nunca más hubo un despertar de la conciencia patriótica por una amenaza imperialista, ni siquiera cuando los submarinos nazis atacaron el barco petrolero “Monagas” durante la Segunda Guerra Mundial.
Bueno, aquel desfile naval en nuestras aguas marítimas era realmente una demonstración de poder naval entre las potencias;cada unoquería mostrar los aprestos disponibles para intimidarsea la hora de enfrentarse o negociar como venía ocurriendoen África, Asia y Oceanía.
Nuestra nación transitó un riesgo grande en esos años. Inglaterra buscaba controlar el Orinocopara penetrar la amazoníapor el norte,asegurar los minerales de la región Guayana e impulsar las inversiones comerciales y financieras que hacia 1908 llegaban a 200 millones de bolívares; Alemania aspiraba tener una base naval en el Caribe, y Estados Unidos procuraba el reconocimiento de la Doctrina Monroe como quedó dicho, para reservar el continente a sus intereses.
Aquellas potencias nada respetaban cuando querían imponer sus leyes. Conocida es la historia del despojo de nuestro territorio Esequibo, cuya “defensa” estuvo a cargo de Estados Unidos por exigencia de las mismas potencias que rechazaban sentarse a discutir con “mestizos incivilizados”. Fue elDiputado General Cipriano Castro, de la Sección Táchira del Gran Estado Los Andes,quien alzó su voz en defensa de la soberanía territorial venezolana durante las sesiones del Congreso de 1890, cuando el propio Ejecutivo evadía tocar el tema. La usurpación de nuestro territorio Esequibo, que quedó sancionada en el inmoral Laudo Arbitral de París en 1899, fue una negociación entre Washington y Londres, y una componenda entre Inglaterra y la Rusia zarista, según dejó testado el Juez ruso y presidente del Tribunal, Federico de Martens.
En octubre de 1899, con cuarenta y un años de edad, cinco meses de campaña y mil kilómetros de travesía, el General Cipriano Castro comenzó a trabajar por lo que hasta entonces era una utopía: la paz nacional. En aquella Venezuela marcada por las guerras civiles la paz era un anhelo en larga espera de casi un siglo. Sí. Cipriano Castro fue quien inició la paz que Venezuela, la paz que cuenta más de cien años, fue él  quien liquidó el caudillismo y las guerras civiles. Veremos cómo lo hizo.
De esto, de cómo Cipriano Castro inició la paz en Venezuela, no se habla y no es casual que así haya ocurrido hasta ahora, porque nunca  las viejas oligarquías del siglo XIX y sus herederos del siglo XX le perdonaron al General Castro  haber liquidado el poder de los señoríos regionales, y menos aún la irreverencia frente a los poderes heredados desde el tiempo colonial.
Han pasado más de cien años de su derrocamiento  y  noventa de su tránsito terrenal, y todavía los valedores de aquellas oligarquías se empecinan en pintar a Cipriano Castro como un Atila, como una bestia parda pero rehúyen adentrarse en los abusos de aquellas camarillas que negaron los derechos ciudadanos al común de gente desde 1830 y se lucraron delictivamente con las atribuciones fiscales.
Actualmente escribo Historia de la Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública, Institución donde tengo la responsabilidad de Coordinar el área de Investigaciones, y esto me ha llevado a internarme en un aspecto que generalmente los historiadores no abordamos porque nos inclinamos más por lo socio-económico, político, militar, religioso, cultural y hasta lo psico-social. Y resulta que el estudio de las finanzas públicas-no como inventario de Memorias  o acumulación de cuentas, sino en su relación con el proceso histórico del país-, es un yacimiento de datos de importancia vital, determinante para comprender nuestra Historia desde otros ángulos; tanto estoy convencido de esto, que me he planteado nuevas metodologías y enfoques en mi oficio docente de la Historia. Me aproximaré a ese aspecto sólo para relacionarlo con el propósito del tema que aquí estoy abordando. Veamos:
Durante gran parte del siglo XIX las oligarquías regionales gozaron de atribuciones constitucionales para crear impuestos, administrar aduanas y recursos fiscales en cada región, pero en condiciones tales que les permitíanlibertades y holgura a la hora de financiar rebeliones o alzamientos. Es decir: las atribuciones fiscales conferidas por la Constituciones eran fuente de financiamiento para las revoluciones, pero aún más, la Constitución de 1893, en el artículo 133 autorizaba a los gobiernos estadales a adquirir armas. Leo ese artículo: “Los Estados tienen derecho de adquirir el armamento que necesiten para su milicia y los elementos de guerra que sean necesarios para su seguridad interior, pudiendo introducirlos del extranjero, libres de todo derecho de importación, y llenando para su introducción, en cada caso, las formalidades que establezca el Código Militar y la ley de Hacienda correspondiente.”
Esa prerrogativapara adquirir armas fue impulsada por las diputaciones estadales; los diputados eran emisarios y cófrades de las oligarquías y asistían a Congresos, llevando catálogos de propuestas que generalmente terminaban en leyes.Esa ley mostraba el poder de las estructuras político-administrativasarraigadasen las regiones venezolanas, pero a los efectos del orden interno del país era un completo desatino, porque irremediablemente, en el caso de las armas, terminaban en manos de caudillos, caciques y gamonalesquienes de ese modo contaban legalmente con pequeños arsenales. De hecho,ser jefe político de una región en aquella Venezuela implicaba contar  con armamento  propio, pero ahora el derecho los favorecía; así fue como “el fiero caudillaje” disgregado al marcharse Guzmán Blanco y anarquizado el Partido Liberal contrael General Crespo, se fue esparciendoen los últimos años del siglo XIX.
Era un auténtico problema legal: atribuciones constitucionales para administrar recursos fiscales y  para adquirir armas; de modo que al llegar Cipriano Castro al poder los caudillos se encontraban fortalecidos en sus señoríos. ¿Cómo hizo Don Cipriano para enfrentar esas dificultades? Ya dijimos que Don Cipriano tuvo que tolerarlos mientras se fortalecía, aunque tenía en cuenta que no todo era poder fáctico, porque faltaba lo jurídico-constitucional.
Cuando el Congreso reformó la Constitución en 1901, hizo transferir al Poder Ejecutivo lafacultad que la Constitución de 1893 le había conferido al Poder Legislativo para “Decretar los impuestos nacionales, crear las aduanas y organizar todo lo referente á ellas”, e hizo suprimirlas atribuciones fiscales que tenían los gobiernos estadales sobre renta y presupuesto, dejándoles la renta a partir de tres fuentes: 1°.- Los tributos cobrados en las Aduanas de la República a título de “impuesto territorial”,  2°.- Las porciones correspondientes a la producción de minas, terrenos baldíos y salinas, cuotas que se entregarían quincenalmente en cantidades según el número de habitantes de cada entidad, que debía ser de sesenta mil personas, en caso contrario serían cifras discrecionales a criterio del Poder Ejecutivo; y 3°.- Lo producido por papel sellado e impuestos de todo lo que no fueran terrenos baldíos;con esas medidas los Estados, digo mejor, los jefes políticos regionales quedaron sin recursos para organizar rebeliones que atentaran contra el poder central, y progresivamente fue sustituyendo a los viejos caudillos de las Jefaturas Civiles y Militares por jefes restauradores o leales a la causa de la Restauración Liberal.
Con esas medidas Cipriano Castro despojó a las oligarquías regionales del poder financiero y las sujetó militar y políticamente. Entonces el tiempo de los señoríos caudillescos comenzó a pasara los cuadernos de Historia y se inició el lento camino a la paz. Continuó en ese proceso y en 1904 la Constitución asignó al Congreso Nacional funciones legislativas hasta entonces ejercidas por los gobiernos estadales,y así avanzó la centralización. Poco a poco la Caja Nacional comenzó a tener la forma que en 1918 le dio la primera Ley de la Hacienda Pública Nacional.
Con habilidad y cautela el Presidente Castro rescató las facultades del Poder Ejecutivo, y cuando apareció el petróleo en las cuentas del fisco nacional, ninguna región pudo contar como suyo los ingresos de hidrocarburos; sólo tenían para sus gastos las porciones que el Ejecutivo mediante presupuesto les enviaba. Los caudillos eran sólo una sombra del pasado y sus patrimonios dependían ahora de la anuencia del Jefe o del contubernio con el Ministro.
Para la historiografía formal el fin de ese tiempo comenzó con la derrota del General Nicolás Rolando en Ciudad Bolívar -último reducto de la Revolución Libertadora-, y el telegrama del General Juan Vicente Gómez felicitando al Presidente Cipriano Castropor el triunfo de las armas nacionalesque ponían fin alas guerras civiles en Venezuela; pero en realidad fue con la eliminación de las facultades de los gobiernos estadales para administrar la renta fiscal,terrenos baldíos, minas, salinas, renta de tabaco y aguardiente; y poco después, en 1905, la primera Ley de Minas estableció que el Poder Ejecutivo era el único autorizado para otorgar concesiones sin requerir la aprobación del Congreso Nacional.
Hay que recordar que fueel Presidente Constitucional Cipriano Castro  quien decretó la creación de la Academia Militar de Venezuela según Gaceta Oficial en julio de 1903 “Para atender -decía el decreto-á la educación militar de las clases que han de constituir el Ejército Nacional…”; era Ministro de Guerra y Marina el General José María García Gómez, del mismo vecindario capachense, como Don Cipriano.
La centralización del poder se concretó poco después cuando se eliminó de la Constitución la antigua y penosa obligación de los presidentes de la República que le ordenaba: “Defender el Distrito Federal cuando haya serios temores de que pueda ser invadido por fuerzas extrañas”. Así comenzó a construirse la paz en Venezuela bajo la Restauración Liberal, lo que vino después fue parte de un ineluctable proceso.
Por encima de la Historia no se puede pasar impunemente…” escribió el Maestro del periodismo venezolano Jesús Sanoja Hernández en el Prólogo a: Cipriano Castro en la caricatura mundial y el mérito de la paz en Venezuela pertenece al General Cipriano Castro.Nos ha costado reivindicarlo y colocar las cosas en su lugar histórico. En el año 2003 llevamos sus restos a ocupar un lugar en el Panteón Nacional para ser honrado como patriota y prócer nacional. Me cupo la satisfacción de ser Secretario Ejecutivo de la Comisión Presidencial en aquella ocasión y ser Orador de Orden en ese Altar de la Patria. En esos días también se utilizó tinta y papel para denostar al General Castro y al acto de justicia que por fin se le rendía. Se buscaron los lados débiles que puede tener cualquier ser humano y hubo prensa caraqueña que difundió notas reprobando el Decreto del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y el Acuerdo de la Asamblea Nacional como impropio porque el General Castro habría sido causante de los peligros por los cuales cruzó nuestra República en su tiempo,falseando la verdad e imputándole pecados de todo cuño, pero repetimos: “Por encima de la Historia no se puede pasar impunemente…”
Dije en el Discurso de inhumación de los restos del General Castro en el Panteón Nacional -y lo sostengo hoy-, que en ese Templo no hay santos, y quien se proponga buscarlos perderá el tiempo; allí se honran hombres y mujeres con los defectos propios del ser humano pero con méritos para ser honrados y el General Castro tiene suficiente créditos como patriota para descansar allí.
Recién llegado victorioso a la capital el “círculo valenciano” lo rodeó para quebrar su constitucionalidad moral mediante convites y juergas nada sanas para un Presidente.Fueron esas las prácticas de las oligarquías a lo largo del siglo XIX para asegurarse el desempeño de casi todos los presidentes mediante adulancias, estatuas, títulos, alcahueterías, corruptelas, etc., y Don Cipriano fue aislado en francachelas non santas.
En este sentido, dice Mario Briceño Iragorry en su Ensayo: “La Traición de los mejores” (1953): “Ningún ejemplo más elocuente presenta nuestra historia que el de Cipriano Castro. Cuando llegó al Capitolio  Federal después de una brillante hazaña de guerra, venía rebosante de ideales y de buenos propósitos. No era Castro, como suele ser pintado, un bárbaro caudillo, unido por ombligo de bejuco a la selva nutricia.  La Cámara de Diputados había oído su voz chillona, cuando el propio Ejecutivo claudicaba en la cuestión Guayana. Lleno de un fogoso espíritu nacionalista, Castro se mostró en el Parlamento por dirigente de una fracción que censuraba la timidez gubernamental. No llegó tampoco como un Caudillo en el plan de imponer a rajatabla una tribu tachirense, (…) pero a poco [tiempo] Castro había sido convertido por la camarilla caraqueña en retablo de todos los vicios…”.
Concluyo esta Conferencia con la dramática apología que escribió José Rafael Pocaterraal saldar cuentas entre pasado y presente, entre odio y perdón al saber el fallecimiento de Don Cipriano. Dijo entonces: “Descanse en paz mi compatriota Cipriano Castro. Mi pluma no volverá a tocarle (…). Descanse en paz el general Cipriano Castro. ¡Es horrible lo que me ocurre! Le odié en vida, le combatí, le clavé en la picota de mis libros; y hoy muerto, desde el fondo de mi sangre venezolana, la admiración a su valor, a su energía, a su inteligencia ¡a haberse hecho a puño propio desde un remoto villorrio perdido en las vueltas de la Cordillera!, sacude mis nervios y cubre su recuerdo con una honrada simpatía, con un deseo absurdo de que no hubiese sido lo que fue para no tener que decir lo que dije… Que Dios haga con él justicia completa, ya que la nuestra es siempre deficiente en la tierra…”.
He venido estudiando a este personaje y su tiempo, y trato de hacer aquí y en esta ocasión, lo que pidió Pocaterra. Con evidencias verificables afirmo que el mérito de haber fundado la Paz en Venezuela pertenece al General Presidente Cipriano Castro.
Estoy muy agradecido de ustedes 
¡¡Muchas gracias!!