El Dr. Félix María Rivera Pérez Académico y Maestro Scout Discurso de incorporación como Individuo de Número de la Academia de Historia del estado Táchira M. Sc. Bernardo Zinguer, Acto celebrado el 14 de abril de 2021

Señor Presidente de la Academia de Historia del estado Táchira, señoras y señores Individuos de Número, miembros honorarios y cronistas de esta corporación, invitados especiales, amigos todos.


Es un gran honor para este servidor, que la ilustre Academia de Historia de nuestra región, haya considerado su nombre para ocupar un sitial entre sus miembros, agradezco con humildad, pues aun sabiendo mi condición de profesor en ciencias sociales y abogado, debo reconocer que Clío, la musa de la historia, hace algunos años me envolvió con el cimbrar de su trompeta, y hoy posa en mí su corona de laureles.

Como es de estilo, quiero en la oportunidad que se me brinda, reconocer a uno de los fundadores de esta honorable corporación que ya ha pasado al campo de la dicha y el reposo, se trata del Profesor Félix María Rivera Pérez “UN TACHIRENSE DE TRES SIGLOS” como lo reseñaría el Dr. Luis Hernández presidente saliente de esta, ya que nació a finales del siglo XIX, vivió todo el siglo XX y falleció a inicios del siglo XXI.

No me extenderé en la valoración de su obra académica y en sus datos biográficos, sino más bien en una faceta de su vida poco conocida y que hemos revelado en nuestro reciente libro “La historia del movimiento scout en el Táchira”.

Recién fundado los Scout en la región el 26 de agosto de 1936, el liceo Simón Bolívar y en menor medida, el colegio La Salle —que para esta fecha solo funcionaba con primaria—, se convierten en el epicentro del movimiento juvenil, no es casualidad que fueran las Tropas Bolívar N°1 y La Salle las que descollaran en estos primeros años de los scouts en la región. 

Varios adultos jóvenes se involucran con la organización en sus inicios, tales como: Carlos Emilio Álvarez Rangel un joven deportista y funcionario público, hijo del célebre Prof. Rafael Álvarez; Marco Tulio Villamizar Moreno, monitor deportivo y funcionario público; Carlos Eduardo Chiossone Terán, quien sería un abnegado Medico rural; Fernando Carlos Tamayo García, quien tomaría su promesa scout en los Estados Unidos donde estudiaba, antes de alistarse en la marina y pelear en la 1era Guerra mundial en el frente francés, al regresar al Táchira se destacó como poeta, periodista, director de un liceo y scout master; así como el conocido Periodista y docente Gustavo Adolfo Nieto Ramírez, director de la escuela Villafañe por 20 años, creador y director de periódicos, además de realizador de teatro. Y a quien nos vamos a referir especialmente el día de hoy, el profesor Félix María Rivera Pérez, de quien no hemos hallado el dato exacto de su incorporación como dirigente scout, sin embargo, para 1939 ya es el jefe o scout – máster de la Tropa Bolívar N°1 y junto a los estudiantes y boy scouts Alfonso Paz y Arcadio Maldonado funda el medio divulgativo “Flor de Lis”, órgano quincenal de la Tropa Bolívar de Boy Scouts o Exploradores de San Cristóbal con el costo de una locha.

Por tanto, este dentista de profesión egresado de la Universidad Central de Venezuela a principio de la década de los 20´, e historiador por vocación, que imparte con pasión las cátedras de Historia Universal e Historia del Arte en el liceo Simón Bolívar, le suma a su vida el espíritu de las acampadas, las excursiones, los juegos, la enseñanza mediante la experimentación, el “Aprender haciendo y Jugando”.

En 1941 siendo scout-máster de la tropa Bolívar N°1, el profesor Félix Rivera realiza una excursión con sus scouts a Bucaramanga, en el marco de los quintos juegos nacionales de Colombia, con el apoyo del periodista del diario Vanguardia Hernán Rosales Flores, miembro cooperador de los scouts, arriban a la ciudad bumanguesa el 26 de diciembre de 1941, a su llegada se sorprendieron con la novísima avenida Santos, el gigantesco estadio Alfonso López y el suntuoso hotel Bucarica, todas estas obras inauguradas con motivo de los quintos juegos nacionales.

Al enterarse de la presencia del presidente Eduardo Santos, el grupo de los scouts tachirenses se acercaron a presentarle sus respetos, recordaría Félix María Rivera, en el Diario Católico del 16 de enero de 1942, que los scouts tachirenses:

“No olvidaban a su benefactor, aquel que cuatro años atrás por su gentil invitación y patrocinio a través del diario El Tiempo, pudieron los jóvenes tachirenses hacer una excelente Gira por Colombia.

Anunciados por el alcalde, -Reseña Rivera- el primer magistrado en menos de un cuarto de hora nos atendió en la residencia presidencial y mandó a llamar a su esposa doña Lorencita para presentarnos. Uno de los scouts en improvisadas palabras presentó el saludo de rigor, al que el presidente respondió de manera entusiasta, encargando al periodista Rosales manifestar que en Colombia se ama sinceramente a Venezuela, agregando que “el día más feliz de mi gobierno fue cuando firmé el Tratado Colombo Venezolano”.

Y aquí quiero introducir una anécdota poco conocida, y es la intervención del movimiento scout tachirense para mejorar los lazos de hermandad que coadyuvaron a la firma del tratado de Límites entre Venezuela y Colombia, bajo la presidencia de Eduardo Santos y Eleazar López Contreras, Hecho que el 5 de abril pasado cumplió 80 años.  

En el año 1937 Santos, que ya se vislumbraba como candidato presidencial visita al Táchira, el ejecutivo estadal en nombre del presidente Eleazar López Contreras le brindó una cálida recepción en el hotel Royal, entre los asistentes estuvo el poeta Manuel Felipe Rugeles quien fuera secretario del doctor Santos durante su exilio bogotano.

Luego del recibimiento de las autoridades, y de honrar el bronce del Padre de la Patria, Santos ofrece un discurso a los alumnos del liceo Simón Bolívar, donde destaca la importancia de la fraternidad entre la juventud de ambos países, al finalizar su intervención un estudiante que a su vez pertenecía la Tropa Scout Bolívar N°1 toma la palabra, le agradece su visita al liceo y le solicita que por su conducto sea saludado los scouts bogotanos de parte de los tachirenses.

El doctor Eduardo Santos le propone que sean los mismos scouts tachirenses, quienes personalmente lleven ese saludo, para lo cual les ofrece financiar los gastos a cuenta del diario El Tiempo.

Es así como 30 scouts tachirenses, liderados por el scout master Marco Tulio Villamizar, en compañía del presbítero Carlos Sánchez Espejo, capellán de los scouts, a su vez Redactor-Administrador del Diario Católico, y el periodista Hernán Rosales Flores como representante del diario regional Vanguardia, viven una emocionante semana en agosto de 1937, cuyo punto sobresaliente fue el encuentro de los scouts de ambos países frente al monumento de Boyacá, para celebrar el centésimo décimo octavo aniversario de la batalla, amparados bajo el glorioso tricolor y con un alto espíritu de hermandad.

En esa ocasión, el doctor Eduardo Santos expresó su agradecimiento por la visita de los scouts venezolanos, prodigándoles palabras de aliento para el fortalecimiento de la hermandad colombo venezolana, aprovechando -dijo- los aires democráticos a partir del ascenso a la primera magistratura nacional del general Eleazar López Contreras. Le encargó al periodista Hernán Rosales un saludo al pueblo tachirense, de quien se sintió agradecido por el recibimiento que se le hizo en su viaje al suelo andino.

Esta gira de los scouts tachirenses a Bogotá, tomó forma de encuentro binacional, tal y como se observa en lo descrito y reseñado en el Informe N° 268, elaborado por la Legación de Venezuela en Bogotá de fecha 21 de agosto de 1937 y lo reportado por la prensa colombiana como: —El Espectador—El Tiempo—El Siglo entre otros y en Venezuela el Diario Católico, Vanguardia y Panorama. Antecedente poco conocido pero que sirvió para allanar el camino a este impórtate tratado.

Volviendo al año 1941, en el marco de los V juegos nacionales colombianos, en el día inaugural del evento, los scouts tachirenses marcharon al compás del tambor acompañados de los scouts bumangueses, pertenecientes a la tropa del colegio franciscano del Virrey Solís, liderada por el bondadoso hermano capuchino Fray Emilio Bautista.

Llevando cada tropa una bandera tricolor, en imponente desfile se dirigieron a la plaza del Hombre de las Leyes. Uno de los scouts tachirenses hizo la ofrenda floral, manifestando que: Si Venezuela y Colombia son hermanas, los dos Santanderes y el Táchira especialmente lo son, por vínculos de continuidad geográfica y comunidad de espíritu, razón de la presencia de los exploradores tachirenses en las olimpiadas bumanguesas.

El año 1942, fue muy activo para el Profesor Rivera, es nombrado Jefe de los scouts en la Entidad Táchira, y con ese nombramiento impulsa la creación de nuevas tropas, entre ellas, la tropa Pedro Urzúa en Capacho Viejo de la mano del extraordinario sacerdote Ángel Eugenio (del que por cierto estamos escribiendo una interesante reseña) y por otro lado, la Tropa Sucre de Táriba, evento que fue amenizado por la Banda Marcial, y cuyo orador fue el inspector técnico de educación primaria y antiguo scout, el caraqueño Rafael Nicacio Olivares Figueroa, poeta, ensayista y folclorista, egresado de profesor de pedagogía en Madrid, un estudioso de las costumbres y el folclore de la nación .

En agosto, lidera una delegación de scouts tachirenses al primer campamento nacional de los scouts  realizado en la ciudad de Maracaibo, por primera vez en la historia nacional alrededor de 500 jóvenes se reúnen para estrechar lazos de hermandad y demostrar sus habilidades de campamento, la prensa zuliana reseñaría que:

“Resulta simpático ver reunidos en un mismo lugar a muchachos de nuestras diversas regiones: andinos, caraqueños, zulianos, orientales, etc. Olvidando las intrigas de sus abuelos, transformando las banderas fratricidas de aquellos en las guerras intestinas, por fraternales pabellones scouts que trajeron a Maracaibo la expresión inequívoca de una Venezuela nueva”

El campamento duró cinco días, los comisionados y scout-masters dieron sus conclusiones. En lo que respecta al Táchira, el doctor Félix María Rivera, en su condición de comisionado de entidad expresó su satisfacción por la actividad, al concluir que “El Campamento ha resultado mucho mejor de lo que me esperaba, ya el solo hecho de haber logrado reunir scouts de diversos estados del país es una prueba de triunfo...”. Recordemos en contexto que en ese momento se estaba viviendo una crisis económica y del transporte derivada de la Segunda Guerra Mundial y apenas comenzaba el mandato del general  Medina Angarita.

Este mismo año de 1942, el 8 de octubre bajo el liderazgo de monseñor Edmundo Vivas, El Prof. y Scout Máster Rivera es uno de los fundadores de la Academia de Historia del estado Táchira (Entonces denominado Centro de Historia).

En 1950 cuando se decreta la reorganización del Centro de Historia, el doctor Rivera es identificado con el número cinco entre los doce individuos que la componen. En esta Academia que lo acogió por sesenta años. Fue un impulsor del Boletín, formando parte de su cuerpo de redacción donde hizo gala de profundidad académica en el conocimiento de la historia universal y patria, hace 30 años reflexionó sobre la necesidad de convertir el Centro de Historia en la Academia de Historia del Táchira, así como la conveniencia de una sede propia que contara con una robusta biblioteca.

El Profesor Félix Rivera, como le gustaba identificarse, supo unir el componente intelectual académico con su praxis de Maestro, fortaleciendo en los niños y jóvenes su sano desarrollo a través del método scout, y con esto, ser protagonista en la formación de una pléyade de tachirenses que fueron ciudadanos de provecho para la región y el país.

Por todo esto, concluimos que la misión de nuestro hermano scout y académico Félix María Rivera Pérez fue cumplida.

Muchas gracias.-