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Tomado de la obra "Historia del Estado Táchira" (1981), de Tulio Chiossone, p.165




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Tomado de Diario de La Nación del 3/03/2006
Pregones Provincia del Táchira Jose de la Cruz García Mora



El Táchira se ganó a pulso el derecho a ser erigido por el Congreso Nacional como Provincia autónoma e independiente, con prerrogativas administrativas, al ser segregado de la antigua jurisdicción de Mérida. La pujanza económica regional, aunada al papel protagónico del liderazgo cantonal de la época, hicieron propicias las condiciones para el logro de la merecida jerarquía

político administrativa. El 11 de marzo de 1856, el Congreso emitía el Decreto y el 14 del mismo mes, el presidente Monagas ponía el ejecútese al mismo. Se reconocía así la solidez social y económica de la comarca occidental de la Provincia merideña, compuesta por los Cantones de San Cristóbal, San Antonio, La Grita y Lobatera. A la villa de Juan Maldonado se le otorgó la primacía como capital de la nueva entidad. La decisión respondía a un acto de justicia con estos pueblos andinos, casi olvidados hasta entonces, donde se amasaba el futuro provincial con la levadura fecunda del trabajo, la disciplina y la constancia de

sus gentes emprendedoras.

El cabildo de San Cristóbal, a nombre de los otros cantones occidentales, el 9 de febrero de 1855, había dirigido la petición al

Congreso Nacional, solicitando formalmente la erección de la Provincia "Torbes", argumentando razones de peso para lograr el reconocimiento de las autoridades a nivel central. El mismo año, el general Carlos Luis Castelli visitó la comarca y elaboró un informe favorable a la creación de la nueva entidad. El mismo está fechado el 5 de abril de 1855 en San José de Cúcuta. Estos documentos vienen a ser las bases argumentativas que impulsaron la creación de la entidad. En los mismos se describen las fortalezas y ventajas de la comarca occidental. El informe Castelli recomendaba la división de la Provincia de Mérida, al identificar dos espacios funcional y políticamente diversos, pero sobre todo porque el Táchira poseía suficiente riqueza y producción para enfrentar con éxitos los retos de la administración.
Siglo y medio después, el Táchira se mantiene erguido en el concierto de los Estados venezolanos, enarbolando

estandartes de orgullo, prestancia y fe en el porvenir. En todos estos años, la entidad y sus gentes han dado muestras de empuje, riqueza y potencialidad económica, social, cultural y humanística, con grandes destellos de fulgor y trascendencia política. Es obvio que aún falta largo trecho por recorrer en el camino hacia los estadios de progreso y bienestar general. Pero no tiene caso

sentarse a proferir lamentos infecundos contra los numerosos gobernantes de uno y otro signo que han fallado o dejado de cumplir la misión de proyectar al Táchira hacia los pedestales de la modernidad. Lo importante es levantarse de la modorra y tender la visión hacia el futuro, buscando nuevas razones para engrandecer la entidad y propiciar mejores dimensiones en la impostergable tarea de construir un proyecto regional de largo aliento, con la participación de todos los hombres y mujeres que sienten al Táchira como una razón de vida. Cada quien puede empezar por hacer bien la responsabilidad que le corresponde.

Cronista de Pregonero.

josegarmo@yahoo.com



Preámbulo de la Provincia

J. J. Villamizar Molina*

Para entender la creación de la Provincia del Táchira, debemos remontarnos a la época de la Independencia y, concretamente, a los tiempos de la Gran Colombia. En estos lapsos San Cristóbal era cabeza del Cantón de su mismo nombre, cuyo circuito componían las parroquias de la Villa, Táriba, Guásimos, Capacho, Constitución y San Antonio. Al comenzar la vida de la república soberana, cada una de estas parroquias tendría un Cura, un Juez de Paz y un Preceptor de primeras letras. La autoridad del Cantón era ejercida por el Jefe Político. Ostentaron esta investidura Ramón Burgos, Agustín Arias y Antonio María Gatell. El Cantón dependía de la Provincia de Mérida, cuyos gobernantes para la época fueron Judas Tadeo Piñango, Juan de Dios Picón y José Gregorio Villafañe. Después de la última visita del Libertador a San Cristóbal en 1820, la Villa contaba solamente con 2735 habitantes. El año de la Cosiata, 1826, llegó a San Cristóbal un ejemplar de la Gramática de la Real Academia. Desde este tiempo hasta 1830 hubo gran movilización de tropas del Rosario de Cúcuta a San Cristóbal y viceversa. Incluso, se llegó a fundar un Hospital Militar en San Cristóbal, a cargo de un fraile de la Orden de San Juan de Dios. En este movimiento intervino mucho el general Santiago Mariño. Porque Páez temía una invasión desde la Nueva Granada a Venezuela comandada por Bolívar o Urdaneta. Eran los dramáticos y hostiles tiempos de la retractación bolivariana. El Mariscal Antonio José de Sucre y el Obispo de Santa Marta, José María Estévez, tratando de evitar la separación, estuvieron en San Antonio, Capacho, San Cristóbal, Táriba y La Grita, pero no pudieron pasar de allí por órdenes del General Páez. La Asamblea de San Francisco congregada en Caracas, proclamó al general José Antonio Páez como Jefe Superior Civil y Militar de toda Venezuela. Esta quedó separada de hecho de la Gran Colombia y el 13 de enero de 1830 se constituyó un gobierno presidido por Páez, quien vino a convertirse en el paladín de la nacionalidad y soberanía venezolana.
Muchos compatriotas han censurado acerbamente al general José Antonio Páez. Yo creo que fue un gran venezolano, un gran patriota, un héroe y un hombre que merece los más altos calificativos en la vida pública venezolana. Durante su gobierno reconoció la soberanía de la Nueva Granada y del Ecuador; combatió la idea de crear un estado independiente con los territorios de oriente; levantó la prohibición del matrimonio entre españoles y venezolanos; integró plenamente Venezuela a la economía y al comercio mundial, propició la exportación del algodón, añil y café que había reemplazado al cacao; creó la Academia Militar de Matemáticas; creó la cátedra de Cirugía en la Universidad Central de Venezuela; transformó la estructura e intención de la Universidad de los Andes; decretó la fundación de la Biblioteca Nacional; instaló al historiador Feliciano Montenegro y Colón en el Convento de San Francisco y le confió la educación de sus hijos, haciendo esa educación asequible a otros niños pobres; creó la Sociedad Filarmónica de Caracas; dejó circular por vez primera El Venezolana, de Antonio Leocadio Guzmán; abrió las puertas del Banco Nacional y, muy noblemente, dispuso lo concerniente al traslado de los restos del Libertador Simón desde Santa Marta a Caracas. Es cierto que con Carlos Soublette y otros formaría parte de la oligarquía conservadora, pero esta oligarquía se transformaría con el atentado al Congreso el 24 de enero de 1848 bajo el mandato de José Tadeo Monagas. Sería este último presidente el llamado a crear la Provincia del Táchira. Obsérvese bien que se dice provincia y no Estado Táchira, porque el Estado Táchira, con el territorio de la provincia, apareció por un Decreto del Mariscal Juan Crisóstomo Falcón en 1863, como estado soberano.
Todos los adelantos señalados que emprendió Páez no pudieron llegar, desde luego, a San Cristóbal. Pero la Villa se despertó durante su mandato y luego --durante el gobierno de la oligarquía, se preparó, indiscutiblemente, para el gran momento.

* Cronista de la Ciudad de San Cristóbal

Tomado de Diario Cattólico del 16-02-2006




Informe Castelli

J.J. Villamizar Molina (*)

Uno de los hecho más decisivos para la creación de la Provincia del Táchira, a más de la solicitud del Concejo Municipal de San Cristóbal, fue el Informe enviado por el general Luis Castelli con fecha 5 de abril de 1855, desde la ciudad de San José de Cúcuta a la Secretaría del Interior.
Luis Castelli nació en Turín, Italia y se enroló desde joven a las fuerzas de Napoleón Bonaparte. Venido a América, fue un gran prócer de la Independencia neogranadina y estuvo en grandes acciones guerreras en Venezuela. Fue nombrado Cónsul de Cerdeña en Venezuela por el Rey. Recibió la condecoración Orden de San Mauricio de Víctor Manuel II. En 1855 fue designado Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Nueva Granada. Su hoja de servicios y heroicidades señala en compañía de Bolívar la campaña desde Haití y acciones de guerra con MacGregor y Páez entre otros paladines. Combatió en la batalla de Carabobo. Por todas estas hazañas emancipadoras se hizo acreedor a la Cruz de los Libertadores en Venezuela. Hizo grandes servicios en las provincias de Mérida, Antioquia y Maracaibo y ya en la vida republicana colaboró eficazmente a las órdenes de Páez, Soublette y José Tadeo Monagas. Sus restos reposan en el Panteón Nacional.
Alegando a muchas causas y especialmente a los problemas de la justicia criminal que no podía ser administrada correctamente en los territorios occidentales de la provincia de Mérida, Castelli argüía: De aquí se deriva forzosamente lo que en realidad está sucediendo respecto de los intereses locales y diversidad de opiniones en los habitantes de los cuatro Cantones Occidentales que se quejan de que las autoridades provinciales desconocen o no están jamás dispuestas a atender bien las exigencias de su localidad especial; los orientales por su parte, viven inquietos por el espíritu de posición y discordia en que se ven uniformarse cada día con más vehemencia a sus comprovincianos de Occidente; las opiniones políticas tienden a formar siempre, dos opuestos bandos, cuyo verdadero objeto es dominarse en absoluto con la ocupación del poder provincial, tomando una sección por antagonismo con la otra, la bandera contraria de las que alzan los grandes partidos nacionales; por lo mismo las elecciones son verdaderos combates en que se recurre a todo género de intrigas para sojuzgar a un enemigo aborrecido y el ejercicio de la autoridad, impotente en semejante estado para propender al bien, no es sino la continuación de una lucha que no tiene término, y que mantiene las pasiones en exaltación constante". En otro párrafo continúa: "Primero es necesario que se lleve a efecto la división de la Provincia de Mérida en dos conforme a la petición que han presentado a las Cámaras Legislativas muchos vecinos de los cuatro Cantones Occidentes, a saber: La Grita, San Cristóbal, Táchira y Lobatera. La división es hoy posible; porque la riqueza y población de dichos Cantones en notable progreso (50.000 almas y exporta 45.000 qq de café, según cómputos que se me han hecho) son suficientes para sostener las autoridades que requiere la jerarquía provincial".
A nuestra ciudad le asigna gran importancia el Informe: "La Villa de San Cristóbal en la cual demoré más de un día, está llamada a ser la Capital de la Nueva Provincia, que ya se conoce en esperanzas con el nombre de "Torbes", es una población que ha adelantado rápidamente hasta triplicar su caserío y su importancia desde los años que la vi y que es actualmente un centro activo de comercio, rodeada de numerosas plantaciones que embellecen notablemente sus alrededores"... Respecto a la administración de justicia, añade: "es de todo punto urgente, la creación de un juzgado criminal en dicha villa o en San Antonio, que sirva para la represión de los delitos".

*Cronista de la ciudad de San Cristóbal

Tomado de Diario de La Nación del 15-02-2006




Lobatera celebrará el sesquicentenario de creación de la Provincia del Táchira


El próximo 14 de marzo del presente año, se cumplen ciento cincuenta años del ejecútese presidencial dado al decreto N° 993 (de fecha 11 de marzo) del Senado y la Cámara de Representantes de la República de Venezuela quienes reunidos en Congreso, crearon la Provincia del Táchira. Así lo informó el Dr. Samir A. Sánchez E. Cronista Oficial de Lobatera quien refirió que el proceso administrativo de consolidación de nuestra autonomía regional, a través de una autogestión que facilitara la administración de gobierno, el desarrollo económico y la administración de justicia, se había iniciado el 2 de marzo de 1855 cuando el Concejo Municipal del Cantón de San Cristóbal resolvió, con el acuerdo de las municipalidades de Lobatera, La Grita y Táchira, solicitar a la Cámara de Representantes la creación de una nueva provincia compuesta por los cuatro cantones y que se denominara Torbes. Esta solicitud recibió un importante apoyo el 5 de abril de 1855 a través de Don Carlos Luis Castell, designado por el Presidente José Tadeo Monagas como embajador en la Nueva Granada y comisionado para el estudio de la división de la Provincia de Mérida, y quien escribió en su informe: Es necesario que se lleve a efecto la división de la Provincia de Mérida en dos conforme a la petición que ya han presentado a consideración de las cámaras legislativas muchos vecinos de los cuatro cantones occidentales, a saber: La Grita, San Cristóbal, Táchira y Lobatera.

En lo que respecta al Cantón de Lobatera, uno de los cuatro municipios fundadores, para el año de 1856 estaba conformado por las parroquias: matriz de Lobatera y Constitución (hoy municipio Lobatera); San Juan de Lobatera (hoy municipio Ayacucho) y Michelena (hoy municipio Michelena). Presidía el Concejo Municipal el ilustre ciudadano Don Francisco A. Colmenares quien el domingo 7 de julio de 1856, publicaba por bando en la plaza mayor, al sonido de redoblantes y los acordes de la banda de música, el decreto y las comunicaciones oficiales que declaraban inaugurada la Provincia del Táchira (Estado a partir de 1864). Asimismo, se registra que la primera visita oficial del gobernador de la nueva Provincia al Cantón, se efectuó el 24 de septiembre de 1856, día de la fiesta en honor a Nuestra Señora de las Mercedes, cuando llegó a la Villa de Lobatera Don Pascual Casanova. Asistió a la misa solemne y procesión, recibió el informe del Presidente de la Municipalidad, regresando a San Cristóbal el día 25 en atención a restituirse a la capital de la Provincia por virtud de los temores que infunde la aproximación del cólera.

Dada la proximidad del sesquicentenario, la Alcaldía e Ilustre Cámara Municipal de Lobatera conjuntamente con la Casa de la Cultura Víctor Enrique Martínez, las instituciones educativas, la Benemérita Banda Municipal Sucre quien arribará a sus 100 años el próximo 19 de abril, la Junta Parroquial de Constitución y demás fuerzas vivas del Municipio, coordinarán unos actos conmemorativos en los cuales se promoverá el gentilicio venezolano, el tachirense y en especial el de Lobatera por haber sido protagonista histórico en la formación de nuestra nacionalidad y de nuestra autonomía regional.
Finalizó el Cronista haciendo una cordial invitación a los demás municipios fundadores como San Cristóbal, Jáuregui (La Grita) y Bolívar (San Antonio del Táchira) así como a todas las entidades municipales a celebrar con un espíritu de legítimo orgullo por nuestra tierra, el día del Estado Táchira.
(cronista-lobatera@hotmail.com).

(Tomado de Diario de La Nación del 29/01/06)


Táchira cumpleañero

J.J. Villamizar Molina *

Estamos en el año del sesquicentenario del Táchira. En marzo de este año cantaremos el Happy birthday al Táchira. El 11 de marzo de 1856, la Cámara de Representantes del Congreso Nacional -a petición del Concejo Municipal de San Cristóbal- procedió a la creación de la Provincia del Táchira con los Cantones San Cristóbal, La Grita, Lobatera y San Antonio, con capital en San Cristóbal y el 14 del mismo mes y año el presidente José Tadeo Monagas le puso el ejecútese a la ley.
La mitad del siglo XIX fue la época del renacimiento de nuestra región. Efectivamente entre 1850 y 1860 se operó la gran transformación que desde hacía tres siglos esperaban olvidada y franciscanamente nuestros pueblos. Antes de la fecha señalada sólo se podía apreciar en los diferentes conglomerados que hoy componen el estado Táchira pobreza, soledad, miseria, desolación, ataques implacables de indios, terremotos y otras mil calamidades. Pero en la década a que se alude hubo un insólito despertar de los pueblos de esta parte de los Andes. Fue un renacimiento en todos los sentidos. En el aspecto social, en el campo demográfico y estadístico, en la riqueza agrícola, en la iniciación de la inmigración europea y de otras regiones de Venezuela, en el diseño urbanístico, en el área educacional y en alentadores atisbos culturales. Religiosamente se enriqueció la ciudad de San Cristóbal con una nueva Parroquia, la de San Sebastián (después San Juan Bautista), a más de la Parroquia Matriz de San Cristóbal y con un nuevo cementerio. El Cabildo deSan Cristóbal se percató de ese auge y, viviéndolo, solicitó decididamente a la Cámara de Representantes del Congreso nuestra segregación de Mérida y la creación de una nueva provincia con el nombre de Torbes. Componían el Concejo Municipal de San Cristóbal el Presidente Antonio María Gatell, el Concejal Primero León Caridad, el Concejal Segundo José María Contreras, el Procurador Municipal Domingo Martínez y el Secretario Municipal Agustín Arias. Argumentaban los ediles y el resto de numerosos firmantes que el Cantón San Cristóbal para la época posee una población que excede de 24.000 almas, exporta anualmente hacia el extranjero más de cincuenta mil quintales de café, consume cuatro mil reses, importa con igual fin hasta doscientos cincuenta mil pesos en mercancía de ultramar, produce para las rentas provinciales de dieciséis y dieciocho mil pesos también anuales, labra una agricultura de frutos menores que da lo necesario para su consumo interior y deja un sobrante calculado en más de treinta mil pesos que extrae para diferentes puntos de dentro y fuera de los límites provinciales y que es debido tan cuantioso movimiento al activo comercio que aquí se mantiene con los Llanos de Apure y las frecuentes relaciones con Maracaibo". Estas y otras razones fueron expuestas y a la solicitud coadyuvó el general Carlos Luis Castellí, plenipotenciario venezolano en la Nueva Granada, quien levantó un informe sobre las ventajas que traería la creación de la nueva provincia.
El renacimiento de San Cristóbal para esta época fue en diferentes aspectos. Habían progresado las parroquias de Táriba, San Agatón de Guásimos, Capacho y Constitución que integraban el circuito de San Cristóbal, se había creado el Cantón de Lobatera, el Cantón Táchira (San Antonio) y el Cantón de La Grita (como lo fue desde sus inicios) mostraba un gran florecimiento geográfico, agrícola, religioso y cultural. No obstante la cercanía a la frontera, las rutas expeditas hacia el lago de Maracaibo por dos vertientes, el camino de los Llanos que se había abierto en 1750, la creación del Colegio San Agustín y la del Colegio Provincial, la aparición de nuevas barriadas como las aldeas de La Ermita, La Concordia y Paramillo que ya intentaban ser poblaciones, todo eso favoreció, con otras cosas, para que San Cristóbal fuese declarada la capital de la nueva Provincia.
*Cronista de la ciudad de San Cristóbal *Decano de los Cronistas de Venezuela

(Tomado de Diario de La Nación, 18/01/06)




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